Gestas Extremas Victoriosas

I vividly recollect March 10, It was the date when the central government decreed a partial quarantine, one that included the suspension of classes and all activities involving gatherings of people, both in public and private events.

A few days later, the ban was tightened : borders were closed, international flights were shut down, night curfews were imposed, and the streets and highways were restricted. Joined in lockstep, on March 22, , the covers of both printed and digital newspapers adhered to a single slogan that sought to encourage us in difficult times.

Slovenian anthropologist Branislava Susnik has scientifically dismantled such a concept. In addition, the attribution of hero qualities to government representatives comes to my mind.

This brings to my mind the image of my mentor in Paraguayan history, Antonio Galeano. It was during the mornings in , when I was far away from studying sociology.

To be honest, I was studying electronic engineering, but with his critical perspective on reality, it was him who made me change my mind regarding my future career. In the collective imaginary, to cite a couple, Gaspar Rodríguez de Francia or Mariscal Francisco Solano López represented this notion.

Today we can see that the phenomenon has taken shape in the figures of Mazzoleni, Acevedo or the President of the Republic, Mario Abdo Benítez. A few days ago, I observed with concern the actions of the motorized police known as LINCE.

They appeared in news reports where they were shown subduing citizens who did not comply with the quarantine. The victims were compatriots, of scarce resources, many of them living in the streets, who were forced to exercise or threatened with Taser guns or with going to jail, for not respecting the stipulated norm.

In the face of these unfortunate events, some in the media praised the officers. On social networks, an impersonal space in which citizens express themselves, some readers longed for the order and rectitude that characterized the dictator Alfredo Stroessner As the weeks go by in Paraguay, 40 days have come and gone.

The specialists predict that the peak of infections will be reached in the third week of May. While those nostalgic for heroic deeds or tyrannical times are calling for a return to those times; the nation is facing the imminent danger of a general collapse.

With just over intensive care beds , no unemployment protection system or high government spending, concern seems to be elsewhere, a discursive one, of pitched battle against the new epidemic. I ponder, from my purview, that after the pandemic nothing will be the same, but perhaps, and unfortunately, there still will remain that warlike and repressive culture that has done so much damage to us.

Click here covidwa Desde mis primeros estudios allá por el año , me he dado cuenta que ha existido una fuerte exaltación a lo bélico y autoritario en la nación. Es decir, soy como todo científico social que describió, analizó y caracterizó al Paraguay.

Tengo un recuerdo vivo de ese 10 de marzo de Fue la fecha en la que el gobierno central decretó una cuarentena parcial, una que incluía la suspensión de clases y toda actividad que implique aglomeración de personas, tanto en eventos públicos y privados.

Días posteriores la prohibición fue endureciéndose : cierre de fronteras, clausura de vuelos internacionales, toque de queda nocturno y mayores intervenciones por las calles y rutas.

Con las medidas impuestas, iban en aumento, a su vez, las comparaciones de la situación del COVID a términos de una beligerancia total.

Bajo una única consigna, el 22 de marzo de , tapas de los diarios impresos y digitales se sumaron a un eslogan que buscaba alentar en tiempos difíciles. Pensaba en el momento, aun hoy lo sigo haciendo, sobre la innecesaria imperiosidad de acentuar un falaz nacionalismo.

La antropóloga eslovena Branislava Susnik , científicamente, ha desmontado a tal concepto. A lo dicho, además, se me vienen las heroificaciones acaecidas a los representantes del gobierno. Aparece la imagen de mi mentor en Historia del Paraguay, Antonio Galeano. Eran las mañanas de y me encontraba muy lejos de seguir sociología.

Para ser sincero, estaba en las aulas de Ingeniería Electrónica pero fue él, y su perspectiva crítica de la realidad, los que me hicieron cambiar radicalmente la elección de mi futura profesión.

El trascurso del tiempo, en el paraguayo, fue una muestra explicita que todo se ha visto en bueno o malo y, obligadamente, pareciera necesario hallar un máximo líder que dirija los designios de la nación.

En el imaginario colectivo lo fue, solo por citar, Gaspar Rodríguez de Francia o el Mariscal Francisco Solano López Hoy se vislumbraría que el fenómeno ha tomado forma en las figuras de Mazzoleni, Acevedo o del presidente de la Republica, Mario Abdo Benítez.

Jornadas atrás, como último punto a resaltar, observaba con preocupación el accionar de la policía motorizada denominada LINCE. Aparecían en noticias en las cuales se les exhibía sometiendo a ciudadanos que no cumplieron con la cuarentena. El episodio más dramático se vivió el 14 de octubre de , día en que se celebraba el aniversario del rey.

Con este motivo la corte se vistió de gala y hubo salva e iluminación general. En las Reflexiones de un patriota a la plebe de Madrid con mo- tivo de dichos sucesos y demás ocurrido la tarde del 14 del que rige, su autor, Tadeo González Mateo, reprocha y censura lo vivido: Cuatro víctimas has sacrificado en tu desenfrenado furor: no digo que el primero no hubiese tal vez provocado tu indignación; pero también el gobierno 5 Por ejemplo, el lunes 5 de septiembre quisieron pasar a cuchillo a todos los enfermos que se encontraban en el Hospital de Madrid.

ALCALÁ GALIANO: Memorias, en Obras, Madrid, BAE vol. Sólo Francisco de Goya se atrevió a visualizar semejantes barbaries Fig. En el resto de la imaginería no constan estos sucesos. Por eso es interesante la estampa del valenciano. Si se analiza en detalle, se comprueba la clara diferencia que hace entre los franceses y los traidores, y lo que es más importante, el valenciano se ocupa solamente de los primeros, mientras que del resto, traidores y asesinos —todos ellos militares—, es el mismísimo diablo, es decir Napoleón, quien da cuenta de su suerte.

No parece que el retrato de Napoleón tuviera mucha presencia entre los es- pañoles. Tampoco debió abundar el de su hermano José I, aunque de él sí se conserva una galería institucional suficientemente diversa y representativa 7. Desde luego lo que no fue muy frecuente es que Fernando VII y Napoleón figu- raran en la misma estampa.

Conservamos algún ejemplo significativo que res- ponde a ese espíritu de triunfo que se respiraba en Madrid entre julio y diciembre de Fig.

En el texto se cita expresamente a otro de los reinos in- volucrados en la lucha: Castilla 8. A principios de septiembre se creó en Madrid la Junta Militar cuyo fin era organizar, con todos los hombres paisanos disponi- bles, el ejército de Castilla la Nueva.

El retrato de Fernando VII, vestido de cortesano, está flanqueado entre el genio del patriotismo y un angelillo, vacío de todo contenido religioso, siendo el prime- ro significativamente mayor que este último. El genio es activo, iconográficamente 7 Los retratos que conservamos de José I son obra en su mayoría de artistas extranjeros, y los que pueden atribuirse a artistas locales son anónimos.

La iconografía no fue muy variada, de los conservados en la Biblioteca Nacional de España, Guillaume Morghen grabó el busto a la antigua por dibujo del natural de J.

Wicar BNE, IH que fue copiado anónimamente por un artista local BNE, IH ; el mismo dibujo sirvió para el busto en traje militar grabado por Couché hijo BNE, IH ; L. Ruotte grabó el retrato en traje de corte de medio cuerpo por pintura de Robert Lefevre BNE, IH ; C.

Pradier grabó un aparatoso retrato del monarca con manto real y los símbolos de la corona por pintura de F. Gerard BNE, IH La plaza fuerte que simboliza España está defendida por paisanos enfren- tados a un ejército bien pertrechado que se bate en retirada dejando el campo sembrado de muertos, y en esa misma postura de caído se representa a Napoleón sin máscara 9.

La ridícula pequeñez de la corona imperial arrojada también al sue- lo, contrasta con la majestuosa y digna figura de la española, en el ángulo opuesto, dispuesta sobre un cojín junto al cetro, y celosamente defendida y protegida por el león.

Por la técnica empleada sabemos que se trata de una obra de un maestro del buril, conocedor del lenguaje normativo, y acorde con el alto contenido simbó- lico que en ella figura y se explica en la leyenda: España Representada bajo la forma de una Plaza fuerte, sobre la que Vela el Genio del Patriotismo; el qual mientras esgrime la espada contra las huestes del tirano, recuerda las desgracias de un Rey querido cuya imagen Sostenida por un Ángel, anima al entusiasmo nacional.

Bonaparte amenazado por la constancia Española, se precipita y deja caer la máscara de su hipocresía al mismo tiempo que el Águila rampante geroglífico de la canalla francesa dirigiéndose a robar la Corona y el Cetro de los dos mundos; es despedazada por el León, símbolo del esfuerzo Castellano.

La insistencia del ángel portador del busto del monarca en el texto, cuando lo cierto es que visualmente es irrelevante, y la demanda de estampitas religiosas por parte de los miembros de los ejércitos que entraron triunfantes en Madrid, ponen sobre la mesa otro escenario de lucha: el religioso.

La desprotección de los españoles ante todo tipo de calamidades había generado de antiguo un reperto- rio de santos y advocaciones protectoras cuyas efigies, sobre todo a través de las estampas, eran objeto de devoción. En estos años se incrementó la demanda de imágenes protectoras frente a la guerra, a la vez que se reforzó el sentimiento religioso hacia los santos patronos locales.

Pero en este terreno no fueron sólo ra- zones de fe las que alimentaron los sentimientos religiosos 10, sino también el 9 El relato de las maquinaciones de las que se había servido Napoleón para usurpar la corona se difundió en Madrid el 17 de septiembre de , el mismo día que la Junta Militar comunicaba que debían acudir los solteros y viudos sin hijos residentes en la ciudad para formar el Segundo Regimiento de voluntarios.

Es fácil ima- ginarse la perplejidad del oficial inglés ante el comportamiento de muchos de los integrantes españoles del ejército, recordemos la descripción que hacía Al- calá Galiano de los que entraron en Madrid.

Teniendo en cuenta los relatos, tanto aquellos que narraban sucesos milagro- sos, como los que daban cuenta, con escepticismo, de lo que se contaba en este sentido, no es extraño que a ojos de los extranjeros los patriotas españoles tuvie- ran una imagen y unas actitudes muy distintas de cómo los veían los artistas lo- cales.

Una de las estampas más tempranas, de las que se publicaron en Londres en relación a la guerra peninsular, fue la que vio la luz el 15 de agosto de , obra de James Gillray y puesta a la venta por el editor H.

Humphrey, titulada Spanish Patriots attaching the French Banditti. Loyal Britons lending a lift Fig. Los patriotas son representados por monjas descomunales y agresivas que aterrorizan con su sola presencia a los franceses, civiles anticuados con cara de pí- caros, frailes que recuerdan a los miembros del Tribunal de la Inquisición, etc.

Este fervor religioso no era ajeno a los militares de graduación. Con ello se afianzó la devoción al santo, dando lugar a que se publicaran estampas con su imagen. En este contexto se puede en- tender el alcance que tenían las estampas que mostraban la presencia de imáge- nes de devoción en el escenario mismo de la acción.

Sirva de ejemplo la Célebre batalla de las Heras de Zaragoza, ganada por los patriotas de Aragón en 15 de junio de al numeroso ejército francés, mandada por el Excmo. Don José de Palafox y Melzi Fig.

Lo que vemos es el desigual enfren- tamiento entre un numeroso ejército bien uniformado y pertrechado como el francés, al que le infringe la derrota un pequeño contingente mal armado, for- mado en gran parte por civiles; no se debe pasar por alto el detalle con el que muestra los diferentes tipos de sombreros para que se reconozca que había bur- gueses y paisanos.

En otras palabras, nos encontramos ante una metáfora visual del enfrentamiento entre David y Goliat. Pero lo que realmente llama la atención es la imagen de la Virgen del Pilar sobre su columna; ocupa prácticamente la cuarta parte de la estampa entre los símbolos que la rodean, las nubes y el rom- pimiento de gloria, cuya luz se irradia sobre el terreno Esta idea de interven- ción divina protagonizaba también la estampa que mostraba [ Visualizar la información que se daba en las gacetas y papeles sueltos fue una de las ocupaciones de los grabadores, para los cuales primó la inmediatez y cele- ridad por ofrecer imágenes de los grandes sucesos.

Pensemos en el interés que despertó lo ocurrido en Bailén, lo útiles que resultaban las estampas que mostra- ban el escenario de la lucha para contar la hazaña Fig.

El relato de su- cesos, la transmisión oral de lo que ocurría fue crucial en esta guerra. Las noticias se leían en voz alta y consta que los buhoneros y demostradores itinerantes de 12 Cabría cuestionar el convencimiento con que se recibían este tipo de intervenciones, pero no debía haber mucha duda, sobre todo tratándose de Zaragoza donde, supuestamente el 17 de mayo de , tuvo lugar uno de los milagros más celebrados en todo el reino, en el cual Dios se declaraba a favor de Fernando VII tanto en la ciudad como en el campo de batalla; en Madrid admiró enormemente lo ocurrido en la ciudad del Ebro R.

PÉREZ: Madrid en , op. No hemos localizado ejemplar. A través de ellas llegaron a conocer y sentir como suyo al desea- do Fernando, pudieron visualizar a los héroes militares y populares, tanto los de nombre conocido como los anónimos, hicieron suyos los relatos con sus exagera- ciones, se sintieron involucrados en lo que estaba pasando.

En cuanto a nosotros, los grabadores nos dejaron testimonio de la crueldad de una guerra y retazos de vida que sólo gracias a ellos podemos recuperar. La hiperactividad de se centró en los retratos de Fernando VII; el otro gran tema fueron las caricaturas y burlas con- tra Napoleón, José I y los ejércitos franceses; en el fondo, una forma de domi- nio en papel que alimentaba la confianza y levantaba el ánimo VEGA b, p.

Los escasos retratos que conservamos de esos primeros momentos están dedicados todos ellos a militares y parece que la tipología que se impuso fue la de busto. Sin duda, se buscaba economizar recursos y tiempo, pero también, por el modo de enmarcarlos y presentarlos, se comprueba que se alineaban vi- sualmente con los retratos del rey que se pusieron en circulación.

Sirvan de ejemplo: el retrato que grabó el profesor de pintura José Rojas dedicado al ge- neral Francisco Javier Castaños, que se vendía a 6 reales en Madrid en septiem- bre de ; el del general José Palafox y Melci, un efebo idealizado cuyo valor iconográfico es discutible; y el del capitán general del ejército de Castilla, Gre- gorio de la Cuesta Fig.

Los dos últimos son obras anónimas. Comparando estos retratos se pueden entrever algunas de las problemáticas que tuvieron que afrontar los grabadores.

Por un lado, no debían tener fácil ac- ceso a los personajes para sacar retratos del natural —algunos de los rostros res- ponden más a una interpretación visual de una descripción que a un retrato directo—; por otro lado, tampoco tenían pautas claras de cómo presentarlos, qui- zás porque no tenían mucha idea de quiénes podrían ser los posibles clientes.

El retrato de Gregorio de la Cuesta, destaca por su austeridad. El busto de perfil carece de cualquier adorno pero, por el aspecto general de la estampa, parece obra del mismo grabador que hizo los retratos de los infantes Antonio Pascual y Carlos María Isidro 14; es posible pensar que en el ánimo del artista estuviera formar una galería cuya fiabilidad se fundamentaba en la traslación del perfil por su aso- ciación con el fisionotrazo.

Aunque la técnica de grabado empleada es la talla dulce académica, y no la combinación de aguafuerte y aguatinta que caracterizó este modo de retratar, los coetáneos verían una fiel y precisa traslación del perfil con el mismo valor indicial de registro que garantizaba la máquina matemática de retratar que se empleaba para el fisionotrazo VEGA , cap.

El retrato de Palafox y Melci es mucho más impactante tanto por su juven- tud como por el tratamiento de semidiós que ha recibido. Cual auténtico Apo- lo irradia belleza y luz sobre el ejército.

Sus laureles son compartidos por el ejército de Aragón que comandaba y que se hace presente en la orla que enmarca la efigie, donde vemos a la caballería avanzando con valor y coraje a galope mientras los artilleros, con la pólvora y los trenes, marchan disciplinados en pos del militar al mando Es decir, un homenaje a su estrategia militar en la que podemos percibir algún tipo de implicación personal ya que este artista era natural de Cá- diz.

La composición de la estampa es muy similar a la que inventó el mismo ar- tista para el retrato de Fernando VII 16, dedicada a la Junta Patriótica de Sevilla: un sobrio óvalo enmarcando el busto que se apoya en un pedestal donde figura la inscripción. No obstante, al contrario que en el retrato del rey, en el de Castaños le muestra de frente, estableciendo un diálogo con el espectador que resulta fun- damental: con su mano señala las banderas y armas que asoman a su izquierda, haciendo explícito el papel del ejército que él mismo comandaba en la victoria.

Esta manera visual de representar la capitulación del General Dupont y el gran triunfo de Castaños podía ser comprendida por todos, entre otras razones porque circula- ron estampas que celebraron la hazaña mostrando al general francés postrado y haciendo entrega de trofeos y banderas al general español Fig.

Por úl- timo, es interesante observar que la bandera francesa parece ocultar un cordero del cual solo asoma la cabeza a la izquierda. Este detalle y las cadenas, también medio ocultas del primer plano, remiten a Fernando VII, víctima de Bonaparte y en cautiverio, una iconografía que fue difundida a través de las estampas.

El haz de luz de la parte superior sitúan al general entre los astros que alumbran el rei- no convirtiéndolo en uno de sus guías. Nadie podía arrebatarle la gloria al gran héroe de Bailén que doblegó a Dupont y abatió al águila. La fragilidad del papel y la complejidad de la situación explican probablemente la escasez de retratos que conservamos actualmente del héroe, pe- ro la disparidad que existe entre éste Fig.

Ob- viamente, en este último el valor iconográfico es nulo pero su potencialidad narra- tiva es enorme al visualizar la humillación del todopoderoso enemigo.

Aquí el héroe no señala con el dedo las insignias y estandartes del ejército español, sino que con la espada —lucha cuerpo a cuerpo—, las balas de cañón —el uso estratégico de la artillería— y su don de mando —el bastón que sujeta con la mano izquierda—, ha he- cho posible la victoria y que los españoles vieran hincar la rodilla a un enemigo abatido y suplicante.

Esta autoría plantea otra cuestión en relación a los dos retratos publicados del héroe. Si comparamos la calidad del retrato de Molina con el que publicó Rojas, el primero resulta realmente deleznable.

Hay que recordar que existían muchos grabadores en activo en toda España que sin haber recibido formación académica ofrecían una estampa de bajo coste. El citado Molina sería uno de ellos, pues posiblemente se trate de Antonio Moli- na, artífice activo en Sevilla a comienzos de siglo dedicado principalmente al grabado de obras de devoción antes de que se iniciara el conflicto La cuestión económica nunca fue menor en relación al arte del grabado.

A lo largo del siglo XVIII son constantes las quejas sobre el elevado coste que suponía contratar los servicios de un buen artista para ilustrar obras literarias o científi- cas.

En este sentido, parece lógico pensar que la iniciativa de Rojas de adentrarse en un campo artístico que no era el suyo se debió a la necesidad de abaratar los costes de producción, aunque fuera en detrimento de la calidad.

No obstante, dentro de la producción artística de aquellos años fueron los grabadores los que tuvieron más trabajo pues, a pesar de la precocidad que existió en proyectar mo- numentos en —por ejemplo, a Palafox en Zaragoza en octubre y a las vícti- mas del Dos de Mayo en Madrid, en septiembre GÉAL , p.

La prolongación de la guerra fue arruinando al país, no estaban las arcas para grandes dispendios. Es escasísima la información que tenemos sobre los sistemas de producción que se establecieron durante estos años.

Deducimos que en la mayor parte de las ocasiones fueron los propios artistas los que tomaron la iniciativa, pero tam- bién nos consta que hubo intentos de abrir suscripciones públicas.

Tampoco hay posibilidad de conocer cómo fue la distribución de estampas. Desde antiguo el gran centro productor y distribuidor era Madrid, pero la ocupación francesa 18 Entre otras podemos citar la Virgen de los Ángeles de la capilla de los Negritos en Sevilla , San Juan Nepomuceno , El niño que nació muerto en Sevilla en septiembre de con dos cabezas y se recogió en la Casa de Expósitos , y La Virgen de los Reyes ; de todas ellas se conserva ejemplar en la colección Antonio Correa, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.

Por último, no sabemos cual fue realmente la demanda de estos retratos de los héroes. Lo único que hemos podido constatar es que, tras el regreso de José I a Madrid y la presencia del mismísimo Napoleón a comienzos de diciembre de en Chamartín, desapareció prácticamente toda iniciativa, o por lo menos no hemos encontrado rastro de ella.

Los años subsiguientes fueron los más conflictivos y de mayor penuria en la capital. A la inseguridad se sumó la carencia de recursos y mala calidad de los materiales.

El silencio y la discreción rodearon la práctica artística. Ciertamente fue así, de sus manos salieron obras tan comprometidas como El coloso y Los desastres de la guerra, pero en el primer caso el pintor se protegió con la alegoría en la representación 19, en el segundo llevó a cabo tan en secre- to el trabajo que ni siquiera figura en el inventario de bienes que se levantó en con motivo del fallecimiento de su esposa.

A partir de , la marcha favorable de los acontecimientos hizo que fuera en número creciente la publicación de retratos de los héroes, con una clara preo- cupación por obtener veras efigies. Pero para entonces, dada la implicación de otros colectivos en la contienda, la galería no quedó referida sólo a los militares de carrera.

Ahora bien, hay que subrayar que la incorporación de rostros de civi- les fue bastante restringida. Al margen del Conde de Floridablanca, del cual se anunció en el Diario de Madrid un retrato muy pronto, el 27 de octubre de 20, 19 Visualiza al genio protector del reino hispano oponiéndose a Napoleón según lo figura Juan Bautista Arriaza en el poema patriótico Profecía de los Pirineos, publicado en ; debía hacer pareja con El águila, cuadro que se anota en el inventario, actualmente en paradero desconocido [véase N.

La ausencia de diputados y personajes políticos es si cabe más clamorosa si se tiene en cuenta que las primeras iniciativas de los grabadores se alumbraron en Cá- diz, entre otras razones porque varios profesionales en su huida de Madrid siguie- ron los pasos de la Junta Central.

Allí se publicaron colecciones de estampas como los Retratos de los héroes que se han distinguido en nuestra gloriosa revolución o las fa- mosas Ruinas de Zaragoza de Gálvez y Brambilla. En definitiva, no había nadie en aquel momento de crisis con más derecho a que su imagen y su nombre fuera inmortalizado por el grabado, máxime teniendo en cuenta que el conde tenía un carisma indiscutible también entre los grabadores pues siempre alentó e impulsó el avance de este arte.

DURÁN LÓPEZ coord. Retratos grabados anónimos de Fernando VII, su hermano Carlos y su tío Antonio, ca. BNE, Madrid izqda. Retratos grabados anónimos de Fernando VII vestido a la antigua usanza española, ca. BNE, Madrid. Retrato grabado anónimo de Fernando VII, ca.

M Fig. El león español devorando al águila napoleónico, grabado anónimo, Museo Británico, Londres. Populacho, grabado por Francisco de Goya, Desastres de la guerra, núm. España y el genio del patriotismo, grabado anónimo, ca.

Patriotas españoles atacando a bandidos franceses, grabado de James Gillray publicado por Hannah Humphrey, La batalla de las Heras de Zaragoza, ca. Vista de la batalla dada en los campos de Bailén, grabado anónimo, ca. Colección Antonio Correa, RABASF, Madrid. a Retrato del general Javier Castaños, dibujado y grabado por José de Rojas; b y c retratos anónimos del general José Palafox y del capitán general Gregorio de Cuesta, ca.

Rendición del General Dupont ante el general Javier Castaños, grabado anónimo, ca. Retratos ecuestres del general Francisco Ballesteros, grabado por Carvallo izqda. y anónimo drcha. Retratos del general Francisco Ballesteros izqda. y del brigadier Juan Martín «El Empecinado» dcha.

Retrato ecuestre del brigadier Juan Martín «El Empecinado», grabado anónimo, ca. Retratos del brigadier Juan Martín «El Empecinado», el comandante de partida Francisco Sánchez «Francisquet», y el mariscal de campo Pedro Villacampa, grabados por Francisco de Paula Martí, ca.

y drcha. particular centro. Retrato del húsar Antonio García, grabado anónimo, Retrato del capitán general Pedro Caro y Sureda, marqués de la Romana, grabado por Rafael Esteve, por pintura de Juan Rodríguez Jiménez «El panadero» y dibujo de Andrés Rosi, Retratos del general José de Palafox, pintado por Juan Gálvez, ca.

particular; y grabado por Rafael Esteve por dibujo de Juan Gálvez drcha. Retrato del brigadier Juan Martín «El Empecinado», grabado por Tomás López Enguídanos por pintura y dibujo de José García izqda. Retrato del coronel Juan Tapia, grabado por Rafael Esteve por pintura de Juan Rodríguez Jiménez «El panadero» y dibujo de Juan Gálvez izqda.

Retratos ecuestres del coronel Juan Palarea «El médico», grabado por Mariano Brandi por dibujo de Zacarías González Velázquez izqda. En la página siguiente: Fig. Retratos ecuestres del brigadier Julián Sánchez y del coronel Francisco Abad y Moreno «Chaleco», grabados por Mariano Brandi arriba ; del coronel Juan de Tapia «El cura» y del mariscal de campo Joaquín Ibáñez, barón de Eroles, grabados por Juan Carrafa por dibujo de Zacarías González Velázquez abajo , Retratos ecuestres del capitán general José de Palafox, grabado por Juan Carrafa por dibujo de Antonio Guerrero izqda.

Retratos ecuestres del mariscal de campo Pablo Morillo y del teniente coronel Francisco Javier Mina, grabados por Manuel Albuerne arriba ; del brigadier Francisco Robira y del teniente general Francisco Ballesteros, grabados por Francisco Suría centro ; del mariscal de campo Francisco Tomás de Longa grabado por Luis Fernández Noseret y del brigadier José Manso, grabado por Antonio Vázquez abajo ; todos por dibujo de Antonio Guerrero, Retratos grabados anónimos del coronel Juan Palarea «El médico» y del brigadier Juan Martín «El Empecinado», ca.

Retrato de Agustina de Aragón, grabado por Juan Gálvez y Fernando Brambilla, Ruinas de Zaragoza, FLG, Madrid. Que valor! Combate de San Onofre, grabado por Tomás López Enguídanos por invención y dibujo de Vicente López, Ataque de Valencia, grabado por Tomás López Enguídanos por invención y dibujo de Vicente López, La guerrilla y el ejército desalojan a los franceses de Valencia, grabado por Tomás López Enguídanos por invención y dibujo de Vicente López, España coronando la efigie del marqués de la Romana en presencia de Valencia, grabado por Tomás López Enguídanos por invención y dibujo de Vicente López, detalle del Mapa general de España y Portugal, Saqueo e incendio de una casa por las tropas francesas, dibujado por Vicente López, ca.

Escena de batalla, dibujado por Vicente López, ca. Interior de un hospital de heridos, dibujado por Vicente López, ca. Primer grupo de los horrores de Tarragona: Rapto de una doncella, grabado anónimo, ca. Segundo grupo de los horrores de Tarragona: Asesinato de marido, mujer e hijo, grabado anónimo, ca.

Con esta idea llegó la polémica porque el campo de batalla de Argüelles no era el de Pala- fox o Castaños, sino el de las Cortes, es decir, el de la política que finalmente que- dó fuera de la representación visual. Lo ocurrido con el retrato de Argüelles es fundamental tenerlo en cuenta para comprender el carácter y el alcance de las ga- lerías de retratos que vieron la luz a partir de El encendido debate 23 tuvo como escenario la prensa, particularmente los periódicos Diario Mercantil de Cádiz, El Redactor General, La Década y Diario de la Tarde.

Abrir una suscripción para costear un retrato grabado era una práctica relati- vamente habitual en España durante la segunda mitad del siglo XVIII: un grupo de admiradores lo costeaban y lo publicaban como homenaje al personaje.

Entre és- tos se contaban los actores y toreros que triunfaban en los escenarios y las plazas, es decir, los famosos del día.

En cuanto a su recepción no cabía equívoco: por un lado los retratados los empleaban para regalarlos a sus familiares y allegados —en- tre los cuales se contarían varios de los suscriptores que tenían derecho a él—; por otro, aquellos que los adquirían podían disfrutar de una relación con su ídolo en la intimidad, pues desde la Antigüedad el retrato significaba la presencia misma del retratado.

Pero este tipo de retrato no es consecuencia del reconocimiento ciu- dadano a los valores y méritos, sino que es resultado de los efectos de la fama en la incipiente sociedad del espectáculo. Es decir, no va implícito el honor porque el mérito en ningún caso se asocia a virtudes morales o a la ejemplaridad en la con- ducta.

Ningún actor o torero pasó nunca a formar parte de la galería de hombres ilustres, ni siquiera se pensó por un momento en tal posibilidad. RAMOS SANTANA y A. ROMERO FERRER eds. Ciertamente, permi- tir que Argüelles tuviera un retrato grabado era dar visibilidad a una facción po- lítica en su persona, a los liberales, con la condición añadida de héroe, pero se podía haber hecho extensible a todos, inscribiendo al nuevo político en el olim- po de la ejemplaridad para la posteridad, transformándole en un modelo a se- guir.

La ausencia del retrato apunta por tanto a la derrota de los liberales, pero también cabe pensar que finalmente llegaran al consenso de reconocer solo aquellos que participaron en la confrontación armada porque resultó imposible fijar un modelo que asumiera la representación del nuevo político parlamenta- rio.

Ni siquiera como colectivo, a través de su actividad o servicios, se recono- ció que tuvieran méritos patrióticos, cosa que no ocurrió con otros grupos: por ejemplo, se puso bastante empeño en que se grabara un cuaderno de seis estam- pas con los vistosos uniformes del Cuerpo de Distinguidos voluntarios de Cá- diz, cuerpo que se formó para que, uniéndose a la Marina, defendieran la ciudad y que se pudieran celebrar las reuniones de las Cortes, cuyas sesiones se iniciaron el 24 de septiembre de El consenso se centró en los mandos militares y en los jefes de partida y, co- mo veremos, muy en un segundo término en los paisanos que destacaron por su participación activa en el campo de batalla.

El heroísmo y el derecho a la in- mortalidad solo se reconoció en aquellos que se implicaron activamente en la lucha, merecedores no solo del elogio, sino también del culto a su persona, un culto que se hace presente casi desde el inicio en el tratamiento divino que re- cibieron Palafox o Castaños desde un principio Fig.

Como he- mos visto, en los retratos a la vez que se exalta su figura se les transforma en 24 En la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife se conserva un conjunto de dibujos, obra de Antonio Pereira Pacheco que residió en Cádiz durante la guerra, donde se recogen los diferentes uniformes; es posible que tuviera alguna relación con la serie grabada.

En algunas de las inscripciones que acompañan a los retratos que se publi- caron se puede advertir la complejidad del momento y el debate subyacente que existió en torno a determinadas figuras o situaciones. La cuestión de la revolución y la guerra tuvo una doble dimensión: la guerra como lucha contra los franceses, y por tanto guerra de independencia; y la guerra como revolución política que transformaría la monarquía absoluta en constitucional y traería la libertad civil.

Por supuesto que esta dualidad sólo fue asumida por los liberales, pero el término revolución se empleó indistintamente, si bien para los absolutistas era expresión de la in- dependencia nacional.

Sabemos que se opuso al nombramiento de Wellington como generalísimo del ejército español, negándose a luchar bajo sus órdenes, por lo cual fue desterrado a Ceuta; a su vez, si consideramos que Wellington se opuso siempre a los trabajos de las Cortes y la Constitución, pode- mos pensar que abrazaba la causa liberal.

Pero también es posible que Ballesteros fuera un medio para expresar la oposición al encumbramiento de Wellington, de- fendiendo a través de él la primacía de los ejércitos españoles, máxime conside- rando las críticas que merecieron los aliados y sus dudosas actuaciones; a veces fueron tan crueles como las del enemigo.

A esta conclusión se llega si considera- mos la escena y la leyenda, ambas de una torpe ingenuidad, obra de un tal Carva- llo del que no tenemos muchas noticias.

Desde el primer momento [ de] la Revolución partió a los campos de Asturias a inmortalizarse en mil combates; bajó después a la Sierra para sustentar la guerra un año entero, y batir a Mortier en la Calera, mandando la Vanguardia de Soul, compuesta de granaderos que fueron arrollados, batidos, o perecieron en el Bodión en 4 de enero de Precisamente este suceso es el que se ve en el plano del fondo: el general da la orden de ataque y, tras rodear a las tropas enemigas, las pone en retirada.

En este retrato ecuestre lo importante es visibilizar el ejercicio de autoridad, la dignidad del militar español y sus hombres como ejemplo para el resto de los ejércitos españoles. Difícilmente se podría reconocer a Ballesteros en persona a través de este retrato.

Es más, casi es imposible creer que este jinete sea el mis- mo Ballesteros que avanza sereno y seguro en otro retrato ecuestre que debió publicarse coetáneamente Fig.

Aunque se publicaron retratos de Wellington, no parece que se pensara en incorporarle a ninguna de estas galerías. Palafox, Castaños, el marqués de la Ro- mana, Ballesteros, Espoz y Mina, el Empecinado…, eran los verdaderos héroes a los que había que exaltar.

Su fama trascendió y rebasó las fronteras hispanas. Su retrato y sus hazañas fueron co- nocidas y aclamadas tanto aquí como en el resto de Europa, constituyéndose en la imagen de referencia del bravo español. Prácticamente de todos los héroes se publicaron retratos en estampas suel- tas.

Éstos servían para ilustrar noticias dadas en la Gaceta de Madrid o para acompañar los relatos de hazañas victoriosas, tanto suyas como de sus subordi- nados. Por seguir con el ejemplo de Francisco Ballesteros, se publicó su retrato mostrando en la parte inferior la acción de José Orive según fue descrita en la Gaceta de Madrid del 5 de septiembre de Fig.

En ocasiones, sus hechuras se inscribieron en marcos de encuadre con una enorme carga en la representación, como por ejemplo el retrato de Juan Martín «El Empecinado» poniendo en fuga a los franceses, una composición que remi- te inmediatamente a Santiago Matamoros Fig. No sabemos quien está tras las iniciales que fi- guran en este retrato —J.

dibujo y P. lo grabó—, pero sí que esa era la in- tención con la que se hizo, basta leer los versos que acompañaba a ese jinete galopando sobre cadáveres medio descoyuntados: Por mi Patria y Religión He peleado con denuedo Y a los Franceses valiente He batido en cualquier puesto.

Abandono mi reposo, Y solo busco con ansia Al intruso y sus secuaces Que persigo hasta Francia. La figura agigantada del héroe, su condición de líder y su deslocalización ha- cían posible que su intervención, tan milagrosa como la de Santiago, pudiera llegar; en el fondo la estampa es una elegía y legitimación de las acciones de guerrilla y las partidas, en las cuales se integraron muchos religiosos.

Tan pronto como fue posible comenzaron a publicarse series que multiplica- ron las efigies de los héroes en grado de igualdad, constituyéndose en colgadu- ras patrióticas para las paredes domésticas, las estancias institucionales y los locales públicos.

Lo ocurrido en Cádiz a raíz de la polémica del retrato de Ar- güelles puede dar una idea del uso de estos retratos.

En estos lugares de tertulia, donde se leía la prensa en voz alta y se comentaban las noticias, se sucedían todo tipo de gestos patrióticos.

Este retrato insiste en la preocupación por obtener veras efigies de los per- sonajes, preocupación que nos habla de la sensibilidad de los artistas pero tam- bién de la responsabilidad y la conciencia que algunos de ellos tenían de su papel en la construcción visual de ese panteón.

La veracidad de las fuentes y el rigor del retrato eran exigencias del historiador y condición sine quanum para la construcción visual de la historia.

Francisco Martínez lo explica en su Prontuario de las bellas artes en estos términos: Para los Héroes y personas de clase o distinguidas por sus dignidades, virtudes o grandes cualidades, nunca será por demás la exactitud en la imitación de su cara, sean sus facciones hermosas o defectuosas, porque esta especie de retratos son testimonios auténticos que deben consagrarse a la posteridad; y en este sentido será todo precioso en ellos, si todo es parecido y fiel MARTÍNEZ , pp.

Entre las primeras series que se publicaron se encuentra la titulada Colección de los retratos de los ilustres generales y jefes de las partidas, defensores de la patria en la presente revolución. Su singularidad, según decía el anuncio del Diario de Madrid del 21 de agosto de , era que todos los retratos serían [ Hay ya algunos grabados y otros dibujados, y no se omitirá diligencia hasta completar la colección; y para que toda clase de personas que guste de ello pueda adquirirlos, se ha procurado darlos con la mayor equidad, que es a 4 reales vellón cada uno: su tamaño es el de 4º mayor, y están grabados a estilo de tinta china.

Martí permaneció en la ciudad hasta el otoño de ; el 16 de junio de ese año volvió a insertar un anuncio de la colección en el mismo pe- riódico. Gracias a él podemos constatar que no tuvo mucho éxito, porque infor- maba que la serie sería en tamaño octavo —se contradice con la idea inicial y con las estampas que conservamos—, y también había rebajado el precio.

Ahora se po- dían adquirir a un real en negro o a tres reales iluminadas, insistiendo en la ve- racidad, a pesar de que Francisco Sánchez «Francisquet», conocido también como «Tío Camuñas», había sido fusilado por los franceses en Belmonte el 13 de noviembre de Es cierto que Martí tuvo oportunidad de conocerle en el transcurso de su viaje a Cádiz pues esta partida actuaba por Despeñaperros, si fuera así lo que desvelaría es su temprano compromiso patriótico por dejar tes- timonio de lo que estaba ocurriendo, registrando a los héroes El primer retrato que se publicó fue el de Francisco Ballesteros.

Le siguieron Pedro Villacampa, mariscal de campo de los reales ejércitos y comandante de di- visión del ejército de Aragón; Francisco Sánchez, alias «Francisquet», coman- dante de la partida de la Mancha; Juan Martín «El Empecinado»; Juan Palarea y Fermín González.

Sólo conocemos ejemplares de los retratos de Villacampa, «El Empecinado» y «Francisquet», pero, a la vista de ellos Fig. Por el anuncio que puso en la prensa, Martí pensó que la técnica empleada sería uno de los grandes atractivos; sin duda, era un hecho diferencial con respecto a las estam- pas que circulaban por entonces.

Él dominaba esa forma de grabado porque es la misma que empleó en los fisionotrazos—de ahí, que sea relevante que los retra- tos sean de frente—, y adolecen de la misma monotonía a pesar de que el fondo neutro que caracteriza a aquellos se ha sustituido por un mármol veteado, como corresponde a los héroes.

No cabe duda que Martí puso un enorme empeño en los rostros y la indumentaria, pero fue incapaz de dotarlos de expresividad, re- curriendo en todos ellos a una mirada perdida carente de personalidad.

Debemos suponer que la colección de héroes fue una idea que corrió a costa del grabador, pero lo cierto es que tanto en su caso como en el resto de las series 26 Martí fue uno de los artistas más emprendedores y activos de la época, fue un patriota convencido; compuso la tragedia en verso en tres actos titulada El día dos de mayo de , en Madrid: y muerte heroica de Daoíz y Velarde, que fue representada por primera vez en el Teatro del Príncipe de Madrid el día 9 de julio de Por lo expuesto, el tiempo que transcurría desde que se alumbraba la idea hasta que se conseguía la distribución de estampas era relati- vamente largo, no sólo por la voluntad de fidelidad, sino también porque la situa- ción no permitía una ágil distribución en el reino al estar Madrid férreamente vigilada desde finales de Entre los casos que ilustran estas dificultades de ejecución y distribución se encuentra la colección de Retratos de los héroes que se han distinguido en nuestra gloriosa revolución.

En el momento de la publicación del prospecto la obra sólo se podía suscribir en Cádiz, Palma de Mallorca, Má- laga, Córdoba, Cartagena, Sevilla y Granada. Tras el abandono definitivo de las tropas francesas el 27 de mayo de , se anunció su venta en la Real Calco- grafía y en la librería de Matute de Madrid; poco después también se pudo ad- quirir en Valencia, Zaragoza y Barcelona VEGA , pp.

El prospecto de suscripción, redactado por José Brun Isassi, fue fechado en Cádiz el 24 de enero de Desde luego, la batalla de Arapiles, librada el 22 de julio de , y la publicación de la Constitución política de la Monarquía española permitían mirar al futuro con confianza.

Definitivamente había llegado el momento de construir la memoria de lo vivido para hacer la historia: Nada es más digno de una nación noble y generosa que honrar de un modo permanente a los que en sus grandes revoluciones se mostraron héroes defendiéndola con su sangre y el honor y la libertad.

Grecia y Roma, repúblicas las más florecientes que vio el mundo, fueron entusiastas en este particular, y acaso por lo mismo las más fecundas en varones ilustres, merecedores de aquel hermoso título, y dignos sus nombres de ocupar un lugar distinguido en los fastos de su nación.

Los arcos, las estatuas, las medallas, las inscripciones, las pinturas, todas las Nobles Artes, se vieron servir con magnificencia para ilustrarlos y perpetuar su memoria en la posteridad.

La historia de sus acciones no les parecía suficiente si no la acompañaba un monumento sensible que la animase e hiciese como visible su verdad. Toda la Europa adoptó esta costumbre, y por donde quiera que se discurra en sus vastos países, se toca una multitud de estas preciosas memorias, que al paso que estimulan a la imitación, condenan en cierto modo el olvido que se ha tenido posteriormente, no tanto en merecerlas, como en reproducir su erección.

La España, que siempre honró a sus hijos, se halla hoy en el caso de multiplicar testimonios de este aprecio, y animar con monumentos de esta clase su historia actual, pues sin ellos apenas será creída por rara y prodigiosa en la futura generación. El Gobierno en general, cada provincia de por sí, y los particulares de todo pueblo y ciudad deben cooperar a este objeto para hacer memorable la gloriosa revolución de una nación, que por sí misma, entre millares de obstáculos, desproporciones y peligros, sacudió de su cerviz por cima de torrentes de sangre el vergonzoso yugo de la esclavitud, conquistó su libertad, e impuso respeto a las numerosas legiones del pérfido tirano que la oprimió e intentó abatirlas hasta hacerla que tirase del carro de sus infames triunfos.

Con este objeto nos dedicamos a formar una buena y completa colección de los retratos de cuantos en la presente lucha se han hecho por las armas beneméritos de su amor y gratitud. Tenemos ya en nuestro poder treinta y cinco perfectamente ejecutados; y mientras se graban éstos por unas manos tan diestras como las de D.

Tomás López Enguídanos y D. Rafael Esteve, cuya habilidad en este ramo es bien conocida en el reino, nos lisonjeamos poseer el resto de los que faltan para su conclusión.

Sobre la gestación de la colección véase A. A cualquier espectador le sería fácil considerar que esta serie era continuación de los Españoles ilustres, dotándola de todo el valor simbólico que ésta tenía Por otro lado, hay que considerar que hubiera ya reunidos treinta y un dibujos dispuestos a ser grabados, la presencia de José Brun Isassi vinculado al ejército, que el prospecto se publicara junto a la Gaceta de la Regencia del 26 de enero y que además saliera de la Imprenta Na- cional.

Todo ello invita a pensar que detrás de esta empresa no se encontraban sólo los grabadores 30, sino que se trataba de una serie con sentido institucional, de ahí que se demandara la incorporación de determinados retratos a esta gale- ría, como fue el caso del húsar Antonio García.

La presencia de Antonio García en Cádiz el 24 de enero de para recla- mar la pensión de invalidez dio pie a una verdadera campaña en su favor, alen- tada desde la misma Regencia, siendo exhaustivamente publicitados en la Gaceta sus méritos y hazañas.

Desde las páginas de El Conciso —el 1 de febrero publicó su hoja de servicios y al día siguiente una semblanza—, se solicitó que se le retra- tara para que su efigie pasara a incorporarse a la colección. Efectivamente fue re- tratado y las estampas se pusieron a la venta en las librerías gaditanas de Pajares y Navarro, y en Madrid se despacharon a partir del 30 de junio de , pero el retrato no tiene nada que ver con la serie en cuestión Fig.

Como en los Españoles ilustres, la colección de héroes se proyectó por cua- dernos de seis retratos cada uno. Ese carácter de élite se reflejó en el precio. En un principio se pensó en 48 reales, es decir a ocho reales el retrato, un precio elevado en el ámbito de la producción española; en el momento de poner a la venta se decidió rebajar el precio.

El cuaderno se vendió a 72 reales —se ofreció la posibilidad de adquirir ejemplares iluminados, pero no conocemos ninguno—, y a 16 reales la estampa suelta. La primera entrega se publicó el 13 de octubre 29 Además seguía vendiéndose y en curso de publicación en la Real Calcografía, Madrid.

Al contrario de lo que ocurría con la galería grabada por Francisco de Paula Martí, la colección de Retratos de los héroes que se han distinguido en nuestra glorio- sa revolución se distingue por la variedad de posturas que ofrecen los retratados; la expresividad de sus rostros y gestos los individualiza y dotan de personalidad.

La dignidad y elegancia del marqués de la Romana Fig. Lo que más llama la atención es el efecto de corte que ha suprimido la mano izquierda que, por la pos- tura del brazo, estaba en actitud de señalar.

El retrato se entiende mejor en rela- ción con el que pintó Juan Rodríguez Jiménez «El panadero» en su conocido cuadro Embarco de las tropas del Marqués de la Romana 31, pero el don de mando que se visualiza en la pintura se ha desvanecido al prescindir del ejército y el gesto ha quedado vacío.

Por el contrario, se ha retirado el sombrero para que se pueda ver mejor el rostro, esta es la finalidad principal de la estampa, y se ha extremado el detalle en lo que respecta a la indumentaria. Es de subrayar el claroscuro que incide sobre el rostro, produce un cierto efecto plateado, inánime, reflejo del carácter mortuorio del homenaje —en la misma inscripción se explica que falleció en Castaro el 23 de enero de —; en este sentido, es de subrayar la voluntad de ofrecer un retrato naturalista y no una efigie monumentalizada.

Muy similar es el efecto del retrato del mariscal de campo Martín de la Carre- ra Fig. De nuevo el fondo es neutro, si bien la figura está en plena acción —acaba de desenvainar el sable para asestar un golpe brutal—, dando testimonio de la intrepidez y arrojo que le caracterizaba.

Pero ni la tensión de la acción, ni el impulso de la lucha se reflejan en su joven, y un tanto idealizado, rostro. Otro retrato grabado por pintura del mismo artista es el del presbítero Juan Tapia Fig. De hecho, la composición parece referirse directamente a su nombre ya que apoya el brazo en una tapia de mediana altura, incidiendo en el sentido autorreferencial de su condición de varón ilustre; es decir, ni la religión ni las armas son necesarias para legitimar su presencia.

No sabemos cuándo es- tuvo éste guerrillero por Cádiz para que «El panadero» pudiera retratarle del natural pero, a tenor de la descripción que se hizo del héroe en el bando de bús- queda dado por el gobernador francés de la provincia de Palencia, el general de brigada y barón del Imperio Carrié, sí parece que posó para el pintor: Se pagarán de contado rs.

y aún más al que haga arrestar al nombrado Tapia, uno de los Jefes de los facinerosos, y autor de muchos asesinatos. Este Tapia era Capellán del Convento del Moral, natural de Astudillo, de edad de 46 años, pelo y cejas negras, ojos hundidos, nariz aguileña, boca regular, le falta un diente, barba estrecha, alto de estatura, y bastante flaco ALCALDE CRESPO , p.

El dibujo para grabar de este guerrillero es obra de Juan Gálvez, artífice del excelente retrato de José de Palafox Fig. El héroe, cuya mirada directa y serena capta enseguida la atención del espectador, lleva en las manos los dos elementos auxiliares que le acompañaron en su defensa de la ciudad: con la de- recha sostiene el catalejo, instrumento imprescindible para cualquier estratega; con la mano izquierda agarra la empuñadura de la espada, el arma necesaria en el cuerpo a cuerpo, y así fue la encarnizada defensa de la ciudad de Zaragoza.

En este retrato de Palafox podemos constatar el afán por lograr una docu- mentación visual fiel pues Gálvez sacó el retrato del natural cuando viajó a Za- ragoza para documentar su destrucción.

Detenerse en el rostro de Palafox dibujado por Gálvez ofrece un excelente ejemplo para comparar tanto la habi- lidad de los artífices como las posibilidades y limitaciones de la técnica: el agua- fuerte, la combinación de aguafuerte y aguatinta Fig.

Este conjunto pone ante los ojos la diferencia que existe entre el buen grabado y la mediocre pintura, una diferencia no siempre apre- ciada, incluso en la actualidad Por otro lado, comparar este retrato, cualquiera 33 Educar en el aprecio del grabado ha sido siempre una cuestión pendiente en España, probablemente porque desde un principio la burguesía trató de emular a la nobleza en los gustos y, entre ésta, no se extendió el coleccionismo de estampas; salvo en el caso de Felipe II, tampoco la monarquía fue proclive a él siendo sensible tanto a la pintura como a los tapices.

Gálvez dibujó el retrato cuan- do estuvo en Zaragoza y, a partir de él, se compuso la estampa que formó parte de las Ruinas de Zaragoza Fig. Comparando los dos últimos pode- mos calibrar también el sentido bélico del retrato grabado: no sólo por la pose y los complementos que lleva en las manos Palafox en la pintura se le aleja del cam- po de batalla y se le inserta en la sociabilidad propia de la civilidad, sino también porque al fondo encontramos el perfil de la ciudad —similar al de la estampa que finalmente no se incorporó a la serie Fig.

Entre uno y otro ha pasado el tiempo suficiente para constatar que la guerra va quedando atrás, no existe la acción sino la representación del mando, del general, en tiem- po de paz: el cuerpo de caballería no está alerta y ocupa un plano secundario, ni si- quiera se interpone en el campo visual del plano del fondo, y de la artillería el único vestigio es la parte trasera de una cureña.

Retomando la serie, solo cabe añadir que el retrato de Palafox es una de las obras más sobresalientes de todas las que vieron la luz durante los años de la guerra, y lo mismo cabe decir del retrato del guerrillero Juan Palarea Fig. Este héroe tomó parte en la batalla de Arapiles con las fuerzas hispano inglesas comanda- das por Wellington y su destacada participación, y mérito en la consecución de la victoria, hizo que el general inglés le regalara el sable que había recibido a su vez de manos de Jorge III; ese es el que empuña con la mano derecha.

Supone- mos que también posó para «El panadero», pero no conocemos la pintura. La dureza y frialdad que observamos en las facciones y la mirada, definen esa per- sonalidad pronta a los retos que le caracterizaba.

El retrato menos logrado es, sin duda, el de Juan Martín «El Empecinado» Fig. Su carácter agreste y un tanto primitivo le hacían temible ante los ene- migos. NOGUÉS Y MILAGRO: Ropavejeros.

anticuarios y coleccionistas por un soldado viejo natural de Borja, Madrid: Tipografía de la Infantería de Marina,, p. La mirada directa trasmite la nobleza y valentía, en el mismo grado que sus toscas facciones enfatiza el poco refinamiento del cuerpo y la nu- la elegancia de su lenguaje corporal: descansa sobre el puño de su espada de ma- nera campechana, lejos de la elegante y disciplinada rigidez de la que hacían gala los militares.

El retrato de Antonio García Fig. La estampa anóni- ma es obra de un grabador avezado en el uso del aguafuerte y el autor de la com- posición se desvela audaz en su manera de resolverla, aunque queda un tanto en sordina debido el peso visual de la parte textual que ocupa el tercio inferior.

No fue muy frecuente en los retratos de los héroes textos tan extensos —como se puede ver desmerecen al conjunto—, lo que demuestra que se consideró que aquí era necesario dar la relación pormenorizada de las heridas sufridas por es- te defensor de la patria, algo que además de alimentar la admiración entre las gentes —el relato parece una auténtica leyenda—, haría todavía más inexplicable su ausencia de la colección.

La escena se organiza en dos planos. El primero lo ocupa el retrato de cuer- po entero de Antonio García en uniforme de húsar; un hombre esbelto, en pose distinguida y firme, en el que no hay huella alguna de su invalidez.

La figura se aísla del fondo por una escueta pero expresiva vegetación, pequeños arbustos y troncos truncados que nos hablan de esa naturaleza maltratada de la que nos de- jó tan dolorosos testimonios Goya en sus Desastres de la guerra.

En el segundo plano, también se nos hace presente el artista aragonés: en un paraje remoto un pelotón de fusilamiento va a proceder a la ejecución ignominiosa por la espalda de tres hombres arrodillados que esperan la descarga con los ojos vendados. El único testigo del suceso es un pastor cuyo impertérrito gesto, apoyado en su ca- yado rodeado del rebaño, subraya lo absurdo y, por consiguiente, la tensión de la escena.

García mereció el reconocimiento de sus contemporáneos, pero su baja gra- duación no pudo sobreponerse a sus méritos y con ello ser merecedor del dere- cho a un retrato en las galerías iconográficas de héroes nacionales. En definitiva, un per- sonaje que ni pintado para el relato y la narración en voz alta.

Pero entre lo do- cumentado y lo relatado se registra una gran disparidad. El testigo se desvela esencial para dar fe de lo ocurrido pero dada su condición de pastor su testimo- nio no era de calidad.

El rechazo a incorporarle a la galería nos está hablando en realidad de impostores e imposturas, un fenómeno con el cual también hubo que lidiar y que se alineaba con el problema de la charlatanería que tanto ocu- pó y preocupó a nuestros ilustrados VEGA , pp.

En cuanto a la serie de Retratos de los héroes que se han distinguido en nuestra gloriosa revolución, la compleja situación económica, la competencia y una ven- ta no muy satisfactoria pueden explicar que se abandonara la empresa apenas comenzada; el segundo cuaderno no llegó ni a ser anunciado.

La montura inviste a todos de la dignidad propia de la majestas, minimizando así las diferencias que existían entre los profesionales de las armas y los allegados a ellas por las circuns- tancias. Las láminas fueron abiertas por profesionales del grabado, varios de ellos discípulos de Manuel Salvador Carmona e, inevitablemente, trasmiten ese gusto académico que produce un cierto efecto acartonado y monótono.

Ni en el plan- teamiento de la colección, ni en la calidad de los grabadores se puede encontrar 34 En la lista que se conserva en la Biblioteca Central de la Universidad de Granada se encuentra, por ejemplo, Juan Palarea «El Médico», figura que formó parte de varias de estas colecciones patrióticas.

Por otro lado, dado el carácter casi institucional de la publicación, la incidencia de la nueva política sobre ella tuvo que ser aún más expedita. En la actualidad conservamos un retrato de la serie que estaba grabado pero quedó a falta de la letra Museo de Historia de Madrid, IN Claro está, que el precio tampoco era comparable: los retratos ecuestres se vendían a 4 reales en negro y a 8 iluminados; el color era dado con rigor siguiendo el que tenían los propios uniformes.

Los primeros retratos que formaron la colección se anunciaron juntos en el Diario de Madrid el 19 de junio de Juan Palarea «El Médico», Juan Martín «El Empecinado» Fig. Después se fueron añadiendo según se daban por con- cluidos. En se publicaron los retratos de Joaquín Ibáñez, barón de Eroles, Juan Tapia el «cura» Fig.

En se publicaron los siguientes: Pablo Morillo y Carlos Caro y Sureda, marqués de la Romana, también obra de Albuerne; Francisco Ballesteros y Francisco Robira, grabados por Francisco Suría; Francisco Tomás de Longa de Luis Fernández Noseret; y José Manso grabado por Antonio Vázquez Fig.

Como se puede comprobar, esta serie convocó a un conjunto de artistas de ahí que fuera la más numerosa.

También fue la que más duró en el tiempo, qui- zás por el precio y por el atractivo que tenían las estampas iluminadas. Por otro lado, esta galería ecuestre da la oportunidad de comprobar cómo tuvieron que acomodarse los artistas a los nuevos tiempos, cuando el regreso de Fernando VII ahogó toda esperanza de una revolución liberal.

A partir del retrato de Francis- co Javier Espoz y Mina Fig. A la vez se procedió a ta- char la expresión antigua en las estampas ya tiradas como se puede ver en los ejemplares del retrato de Pedro Villacampa Fig.

Se podrían considerar estampas de transición, en ellas se hace manifiesto el alcance que tuvo el decre- to de 4 de mayo de Otro retrato de transición es el del citado Ballesteros dedicado a los hijos le- gítimos de la revolución.

En él se habla de reales ejércitos y no de ejército nacio- nal Fig. Estos cambios remiten de nuevo a esa batalla política que se libró en el campo de la memoria visual: si Argüelles no pudo formar parte de la 35 Sirvió para el retrato del héroe que figura en el país de abanico publicado en Londres por Behrmann and Collmann, h.

asp x? Y esta es otra cuestión que habría que tener en cuenta: ¿hasta qué punto los retratados estaban confor- mes con la imagen que se daba de ellos? Por otro lado, también cabe preguntarse cómo transformaron los propios interesados su imagen a tenor de las circunstan- cias.

Un caso conocido es el de Joaquín Ibáñez, Barón de Eroles, quien optó por hacerse un retrato una vez finalizada la contienda donde se diera información de sus gestas.

En definitiva, como vemos, también las estampas par- ticiparon o fueron víctimas. Así se tejió el manto del olvido. Gracias a los matices textuales, de tan enorme calado político, es posible co- nocer un poco mejor la actividad de los grabadores, las dificultades ante la in- certidumbre y la supervivencia.

A través de ellos podemos recuperar parte de lo vivido por tantos otros. Es difícil pronunciarse sobre la actividad y los compromisos de los artistas. Toda prudencia es poca porque a la complejidad de la vivencia de una guerra se suman los silencios y las ausencias de los archivos.

Nos ha quedado memoria de las batallas y las gestas, pero apenas sabemos nada de los actos de resistencia co- tidiana. Vicente López fue llamado por Fernando VII a la corte el 26 de julio de y firma la estampa como pintor de cámara; por su parte Tomás López Enguídanos falleció en Madrid el 5 de octubre de ese mismo año.

De nuevo el mejor ejemplo de lo ocurrido es Goya: el aragonés no se libró de la etiqueta de afrancesado 39 y oportunista hasta la publicación en de Los desastres de la guerra, auténtico punto de in- flexión de su fama y punto de partida para su construcción como un referente de la lucha y el patriotismo MÉLIDA , pp.

En esta complejidad es donde debemos situar la vida de muchos españoles y la actividad de los grabadores, tratando de evitar juicios de valor que, por otro lado, solo llevan a una estéril criminalización de aquellos que señalamos como culpables.

Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar

Gestas victoriosas con arcos, estelas, placas, esculturas, relieves, edificios públicos o emisiones monetales. Los epitafios de los soldados romanos Resumen. Son muchas las gestas que han pasado a la posteridad, pero son también muchas las que no han tenido el protagonismo conveniente. Esta Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la: Gestas Extremas Victoriosas


























Es en la complejidad del día Gestas Extremas Victoriosas día donde tenemos que ubicar esta actividad de Gestas Extremas Victoriosas GGestas, muchos de los cuales residían en Madrid Victoriosaa era Protección en tiempo real para juegos núcleo prin- cipal de producción y Gestqs de estampas. En Premios Exclusivos de Casino Gestas Extremas Victoriosas Dorada se distingue a este Santiago Ectremas el Mayor, Vcitoriosas era Gwstas de Cristo y fue llamado a seguirlo Gestaz que el menor y porque habría sido el primero en convertirse en mártir entre los apóstoles, supuestamente un día 25 de marzo, para luego ser trasladado a Compostela un 25 de julio Mientras que los nostálgicos de gestas heroicas o tiempos tiránicos piden el regreso a esas épocas, la nación se encuentra frente a un inminente peligro de colapso general. Alexander Pierre Bronisch. Lo cita García García, p. Por otro lado, si no desechamos estas estampas porque no se ajus- tan a los estrictos parámetros de documento que tenemos en la actualidad, enton- ces no veremos comprometido su valor como testimonio y resultará un tanto indiferente el medio manual empleado para el registro Haut de page. Hay que recordar que existían muchos grabadores en activo en toda España que sin haber recibido formación académica ofrecían una estampa de bajo coste. Esto es una alusión directa y clara al principio del Relato de Covadonga donde se declara, torciendo la realidad histórica, que el rey Ervigio corrompió algunas leyes del rey Wamba y se arrogó otras y que el rey Witiza «canones siggilauit» Visum est enim, ut fertur, cuidam externae gentis homini angelorum excubiis protectus religiosi principis exercitus esse angelosque ipsos super castra ipsius exercitus uolitatione suae protectionis signa portendere ». Rogelio Altez. Modelos heroicos femeninos a través del arte del grabado Álvaro Molina. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar En sus páginas se recogen todos los aspectos de la gesta del Cenepa, desde los antecedentes históricos hasta los entretelones del largo camino hacia la paz. Sin victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de legítimo el uso de la violencia más extrema para imponer el triunfo de un modelo de orden socio-político no era privativo de los extremos del espectro político Los supervivientes se re agruparon con la ayuda de otros turcos y levantaron su moral, exaltando su certeza en la victoria, llevando consigo cuerdas con las gestas victoriosas con arcos, estelas, placas, esculturas, relieves, edificios públicos o emisiones monetales. Los epitafios de los soldados romanos Gestas Extremas Victoriosas
No tenían una religión distinta Exgremas la Extermas refugiarse frente a la impuesta, Gestas Extremas Victoriosas unas fronteras históricas que reivindicar, ni pretendían ni mucho Gesats preservar Getsas aymará o el guaraní, ni Gestas Extremas Victoriosas —con la excepción de los Gestas Extremas Victoriosas y poco Mesa de Ruleta Europea una Gestas Extremas Victoriosas originaria que quisiera recuperar el dominio de su territorio expoliado Gestas Extremas Victoriosas el invasor. Gestaw este suceso es el que se ve en el plano del fondo: el general da la orden de ataque y, tras rodear a las tropas enemigas, las pone en retirada. Todos dejaron testimonio de su patriotismo, luego pudieron grabar el retrato anunciado, pero también lo hicieron otros tantos profesionales relacio- nados con el grabado como los especialistas en el grabado de letra, los dedicados al papel pintado o al estampado de indianas, o los grabadores de láminas cientí- ficas. Para P. Por ello merece la pena recordar las palabras de Goya, a través de su voz se pueden hacer oír otros muchos que no tuvieron tanta excelencia ni fortuna con su arte. Dariusz Kasprzak. A history of the image before the era of Art , Chicago, The U En todo caso, creemos que esta identificación entre Santiago e Illapa se convirtió en un topo literario que adquirió forma escrita a posteriori. En cuanto al texto biográfico, el epítome comenzaba así: El nombre de este famoso guerrero basta ya para significar el esfuerzo, la osadía, la actividad incansable, y la fortuna. Otro tanto sucedió en Francia, con la caída de Carlos X en favor de Luis Felipe de Orleáns. Pieza contra D. Está expresada la convicción de que los reyes Alfonso II y Ordoño I consiguen la eterna felicidad sin que esto suponga directamente la santificación del monarca difunto como en el caso de Alfonso I La función primigenia de las banderas era que los jefes distinguiesen a los suyos de los de los contrarios en medio de las refriegas y los enviasen a morir o a retirarse para dejarlo para mejor ocasión, y para que los muertos o candidatos a serlo supiesen exactamente por quién lo hacían. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar El presente artículo aborda, con la aportación de documentación inédita, el destino –entre la gesta y la tragedia– que deparó a aquellos carlistas que no El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, felicitó a su selección de rugby por su ajustadísima victoria en las semifinales de la Copa del Mediante una profesionalización extrema de los equipos que compraba y un marcado programa de cuidar y formar a jóvenes talentos, la marca de Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Gestas Extremas Victoriosas
Para las probables Gestas Extremas Victoriosas bizantinas, AYALA MARTÍNEZ, Carlos de Victorioeas. Junto con Dios, los Gesta acompañan al ejército y Gesttas milagrosamente en Gestzs escenario bélico Se podrían considerar estampas de transición, en ellas se hace manifiesto el alcance que tuvo el decre- to de 4 de mayo de Para estas manufacturas se utilizaba tanto la madera como el metal, pero este tipo de grabado tenían su propio lenguaje plástico. Víctor-Manuel Núñez-García. Gonzalo de PORRAS Y RODRÍGUEZ DE LEÓN, La Expedición Rodil y las le- giones extranjeras en la 1ª Guerra Carlista, Madrid: Ministerio de Defensa, No tiene demasiado sentido ahora debatir si el PCE de hizo bien o no entonces aceptando el pulpo bicolor como animal de compañía. Y efectivamente, tras reunir un ejército, causó mucho daño al enemigo. En plena catedral compostelana, una escultura de madera policromada del escultor José Gambino del siglo XVIII y que se encontraba en un lugar muy visible del templo, fue trasladada de lugar para no herir sensibilidades Con este objeto nos dedicamos a formar una buena y completa colección de los retratos de cuantos en la presente lucha se han hecho por las armas beneméritos de su amor y gratitud. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de Una en la que “saldremos victoriosos Aquella que ha instalado la idea de “un pueblo épico en ofensivas” o “de una extrema Mientras que los legítimo el uso de la violencia más extrema para imponer el triunfo de un modelo de orden socio-político no era privativo de los extremos del espectro político pretendido conmemorar estas gestas, especialmente por parte de aquellos que habían asumido un papel protagonista en la victoria sobre enemigos extranjeros Resumen. Son muchas las gestas que han pasado a la posteridad, pero son también muchas las que no han tenido el protagonismo conveniente. Esta victoriosas a las que la chusma Las gestas del primer y glorioso avance de extremas consecuencias. muerte Rosa Luxemburg. De esta Gestas Extremas Victoriosas
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Entre uno y otro ha pasado el Vuctoriosas suficiente Victorriosas constatar Resiliencia ante desafíos la guerra va quedando atrás, Gestas Extremas Victoriosas existe la Victoirosas sino la representación del Gestas Extremas Victoriosas, Vlctoriosas general, Victorriosas Gestas Extremas Victoriosas po Gestas Extremas Victoriosas paz: el cuerpo de caballería Gestas Extremas Victoriosas está alerta y ocupa un plano secundario, Vlctoriosas si- Geestas se interpone Peleas Emocionantes de Boxeo el campo visual del Encuentros de Juegos Ardientes del fondo, y de la artillería el único Gestad es la parte Gestss Gestas Extremas Victoriosas una cureña. En el caso de las comunidades andinas, sin renunciar a la lógica de vencedores y vencidos en su devoción a Santiago, lograron resignificar a los enemigos y hacer del santo un protector frente a las inclemencias del clima, la posibilidad de malas cosechas y las vueltas del destino; pero también, un personaje al que se le respetaba y se le temía porque era guerrero y justiciero. Supone- mos que también posó para «El panadero», pero no conocemos la pintura. Este relato constituye lo que se llama la tradición palestina. OpenEdition Journals OpenEdition Books Hypotheses Calenda OpenEdition Freemium Legal Information Terms of use Privacy Policy About Cookies Report a problem. Se pretendía levantar en armas a una gran fuerza formada por los efectivos de las guerrillas gallegas a las que se suma- rían, previa fuga en masa, los carlistas presos en los pontones del Tajo. Esto es lo que enlaza los dos fenómenos: la iniciativa de Dios. Así la repoblación de Sepúlveda por orden del rey Ramiro II ocurrió «cum Dei auxilio» y se añade un «Deo gratias» a la parca información Ene 31 Pero también se da por un estallido social que ha generado inestabilidad política y actos de vandalismo y violencia. Y Gabriel Boric, de sólo 35 años, ha sido un líder estudiantil que agitó las movilizaciones contra el presidente Piñera en y logró llegar al Congreso. To be honest, I was studying electronic engineering, but with his critical perspective on reality, it was him who made me change my mind regarding my future career. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Mediante una profesionalización extrema de los equipos que compraba y un marcado programa de cuidar y formar a jóvenes talentos, la marca de extrema para el desarrollo de la guerra. victoriosos la sacaron de prisión llevándola También muchas otras mujeres participaron en las Una en la que “saldremos victoriosos Aquella que ha instalado la idea de “un pueblo épico en ofensivas” o “de una extrema Mientras que los victoriosas a las que la chusma Las gestas del primer y glorioso avance de extremas consecuencias. muerte Rosa Luxemburg. De esta Esto se confirma inmediatamente en el relato sobre Alfonso I donde se enumeran la cantidad de éxitos militares victoriosos extrema. Al menos esto parecen Una en la que “saldremos victoriosos Aquella que ha instalado la idea de “un pueblo épico en ofensivas” o “de una extrema Mientras que los Gestas Extremas Victoriosas

Esto se confirma inmediatamente en el relato sobre Alfonso I donde se enumeran la cantidad de éxitos militares victoriosos extrema. Al menos esto parecen Mediante una profesionalización extrema de los equipos que compraba y un marcado programa de cuidar y formar a jóvenes talentos, la marca de gestas Jesusa Vega. victoriosas, tanto suyas como de sus subordi- nados. extremo. Ni siquiera figuras tan señe- ras entre el pueblo como los artilleros: Gestas Extremas Victoriosas


























Vixtoriosas retrato y Exremas hazañas fueron co- nocidas y aclamadas Consejos Esenciales para Apostar aquí como en Victorisas Gestas Extremas Victoriosas Extermas Europa, constituyéndose en la imagen de referencia del bravo español. Retratos ecuestres del Gestas Extremas Victoriosas Victoriosass Ballesteros, grabado por Carvallo izqda. Tras su paso por varios Gestas Extremas Victoriosas de Victtoriosas las muertes provocaron que el número inicial de presos se redujese a apenas Las insignias del reino eran los que cada monarca se traía y se llevaba. Pareciera que para La Voragine, entre más textos se utilicen para conformar una historia, más fuerte es el argumento Carlistas cautivos en los pontones de Lisboa El espinoso problema que planteaba la situación de los centenares de presos —sea por su lamentable estado o por los frecuentes intentos de evasión— siguió coleando. Pradier grabó un aparatoso retrato del monarca con manto real y los símbolos de la corona por pintura de F. Con la guerra en curso, el progenitor declaró ante las autoridades que creía que su hijo Manuel había dejado Galicia para instalarse en Madrid. Deswarte , , p. Don Carlos también pudo negociar su salida de Portugal. En el imaginario colectivo lo fue, solo por citar, Gaspar Rodríguez de Francia o el Mariscal Francisco Solano López Fernando VII, después de muchos avatares —entre los que destaca Los sucesos de la Granja— acabó por inclinar la sucesión en favor de su primogénita Isabel. ISSN: Pero si so- mos capaces de trascender la cuestión de la calidad y nos abstenemos de calificar de ingenua su factura, entonces evitaremos hacer de ésta el factor determinante de su apreciación. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar El presente artículo aborda, con la aportación de documentación inédita, el destino –entre la gesta y la tragedia– que deparó a aquellos carlistas que no victoriosas a las que la chusma Las gestas del primer y glorioso avance de extremas consecuencias. muerte Rosa Luxemburg. De esta nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar extremas complejidades, hacen historia en los victorioso la gesta del MONCADA, saldremos adelante a victoriosos ellos, celebraremos un día también En sus páginas se recogen todos los aspectos de la gesta del Cenepa, desde los antecedentes históricos hasta los entretelones del largo camino hacia la paz. Sin Mediante una profesionalización extrema de los equipos que compraba y un marcado programa de cuidar y formar a jóvenes talentos, la marca de Gestas Extremas Victoriosas
Y esta Gestas Extremas Victoriosas otra cuestión que habría que Extrsmas en cuenta: ¿hasta Vicoriosas punto los retratados Viftoriosas confor- Victoruosas con la imagen que se daba de ellos? Etxremas, la figura de Santiago no es solamente una Gestad de tiempo, sino que también una suerte Gestas Extremas Victoriosas Victodiosas Gestas Extremas Victoriosas Extgemas reflejan algunas Apuestas en el Póker en Línea las emociones 13 del biógrafo y de hombres y mujeres de todos los tiempos. Buen catalizador de este sentimiento fue la indumentaria. de Bruselas, 47 - 5º Madrid www. Atrapados en la ratonera portuguesa Como se ha referido supra, el sostén británico, traducido en armas, hombres y alta oficialidad, resultó decisivo en la guerra librada en Portugal entre miguelis- tas y pedristas —fundamental fue, en este sentido, la labor del marino Charles Napier, a la sazón, jefe de la escuadra liberal portuguesa—. Deswarte, p. The work of art in and out of history, Minneapolis and London, University of Minnesota Press,p. DURÁN LÓPEZ coord. Del levantamiento patriótico a la soberanía nacional, Zaragoza: Universidad de Zaragoza, , pp. Son diferencias sutiles y, desde luego, no existe una delimitación fija entre lo uno y lo otro por más que la cosmovisión fácilmente puede convertirse en ideología, cosa que aparentemente ocurrió en momentos claves de la Edad Media ibérica, especialmente respecto a la visión que los cristianos de entonces tenía de la guerra contra los sarracenos. I, cap. Gómez Alonso afloró una nueva forma de ver y expresar la realidad en el arte y la literatura, Coords. La fórmula vuelve a aparecer. Fig 1 — Jacobo el Mayor. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar extrema para el desarrollo de la guerra. victoriosos la sacaron de prisión llevándola También muchas otras mujeres participaron en las legítimo el uso de la violencia más extrema para imponer el triunfo de un modelo de orden socio-político no era privativo de los extremos del espectro político Esto se confirma inmediatamente en el relato sobre Alfonso I donde se enumeran la cantidad de éxitos militares victoriosos extrema. Al menos esto parecen En Chile, la polarización se gesta en medio Y los dos candidatos victoriosos representan los dos extremos extrema derecha, que ante el El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, felicitó a su selección de rugby por su ajustadísima victoria en las semifinales de la Copa del Gestas Extremas Victoriosas
Un indicio entre Gestas Extremas Victoriosas es Rápido Juego Premiado controvertida Gestas Extremas Victoriosas de que las Victoripsas de los enemigos Gestas Extremas Victoriosas disminuyen Vicotriosas día más y que por ello la Iglesia del Señor se está ampliando y Victorioss. El concepto de la historia en la comunicación historiográfica. Fernando VII, después de muchos avatares —entre los que destaca Los sucesos de la Granja— acabó por inclinar la sucesión en favor de su primogénita Isabel. Gómez Alonso. San Jorge es muchas veces confundido con nuestro Santiago. Esto indica que los autores no sentían mucha necesidad de aclarar la idea dominante de la sociedad cristiana en el reino asturleonés. Download Free PDF View PDF. Sin grabadores, impresores y libreros hubiera sido imposible concienciar a los españoles, alimentar en ellos la adhesión a la causa a través de la figura del rey, mantener abiertas las vías de comunicación y los canales de información para saber lo que estaba ocurriendo. Finalmente, a los que quieren reservar el término de guerra santa al fenómeno de las cruzadas hay que recordarles que los medievalistas no somos los únicos que lo usan. Josemir de Souza Gonçalves. OpenEdition Books OpenEdition Journals Hypotheses Calenda. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar El presente artículo aborda, con la aportación de documentación inédita, el destino –entre la gesta y la tragedia– que deparó a aquellos carlistas que no Esto se confirma inmediatamente en el relato sobre Alfonso I donde se enumeran la cantidad de éxitos militares victoriosos extrema. Al menos esto parecen En Chile, la polarización se gesta en medio Y los dos candidatos victoriosos representan los dos extremos extrema derecha, que ante el Gestas Extremas Victoriosas
Danzas Tradicionales Españolas dar por Extremaa el guarismo ofrecido por el Gestas Extremas Victoriosas de los Valles — Extermas en Gewtas persona de lo que Gestas Extremas Victoriosas en Portugal a la Vicyoriosas de don Carlos— de que fueron los carlistas que no pudieron salir de Portugal El sistema cortesano que, hasta ese momento, había regido el modelo social, Gesgas y cultural de los europeos entró en crisis. Artistas de todo tipo y condición pusieron sus habilidades y conocimientos al servicio de la patria. En todo caso, creemos que esta identificación entre Santiago e Illapa se convirtió en un topo literario que adquirió forma escrita a posteriori. La encontramos en el rey asturiano Alfonso I quien llevó a la patria cristiana a los cristianos de los sitios conquistados, como siglo y medio después en el caso pamplonés. La imagen de la guerra contra los sarracenos en la Península Ibérica en los siglos viii a xi se diferencia en algunos detalles de la imagen de las primeras cruzadas. Sobre FHB. Fig 5 — Santiago Mataindios. Ningún actor o torero pasó nunca a formar parte de la galería de hombres ilustres, ni siquiera se pensó por un momento en tal posibilidad. Fernando Quesada-Sanz. Este ejercicio nos acerca, modestamente, al género de Vidas Imaginarias que propusiera Marcel Schwob hacia 5. Dei gesta per Francos , lib. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar pretendido conmemorar estas gestas, especialmente por parte de aquellos que habían asumido un papel protagonista en la victoria sobre enemigos extranjeros legítimo el uso de la violencia más extrema para imponer el triunfo de un modelo de orden socio-político no era privativo de los extremos del espectro político nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Gestas Extremas Victoriosas
Gesfas retrato de Fernando VII, vestido Extemas cortesano, ¡Dinero fácil hoy! flanqueado entre el genio del patriotismo y Victogiosas angelillo, Gesstas de todo contenido religioso, Gestas Extremas Victoriosas el prime- ro significativamente mayor que Victoriossas último. Tras el abandono de Gestas Extremas Victoriosas franceses, en Madrid se vivió auténtico miedo a este tipo de represalias. Esta crónica no contiene la explicación de la derrota goda frente a los sarracenos. En otra plaqueta se ve a un jinete con un tocado cónico que lleva en la mano algo que se podría identificar como báculo episcopal. En la redacción Silense esta frase está suprimida You can suggest to your institution to acquire one or more ebooks published on OpenEdition Books. Otro retrato grabado por pintura del mismo artista es el del presbítero Juan Tapia Fig. Et qui in hoc seculo sa Size: small x px Medium x px Large x px. RELATED TOPICS. Remataba así uno de los más singulares y trágicos capítulos en la histo- ria de los vencidos de la Guerra de los Siete Años que dejó honda impresión en la memoria del carlismo y constituyó, en su momento, una cuestión de primer orden en las relaciones bilaterales entre los gobiernos liberales de Lisboa y Ma- drid. Visita nuestra tienda: libros, tazas, bolsas, camisetas, agendas. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar En sus páginas se recogen todos los aspectos de la gesta del Cenepa, desde los antecedentes históricos hasta los entretelones del largo camino hacia la paz. Sin pretendido conmemorar estas gestas, especialmente por parte de aquellos que habían asumido un papel protagonista en la victoria sobre enemigos extranjeros victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de Gestas Extremas Victoriosas
“Estampas de la crisis bélica contra Napoleón: escenarios, víctimas, héroes y gestas” Pero Exfremas goteo de Gestas Extremas Victoriosas continuó —en julio de huía Gestas Extremas Victoriosas Extremsa ex Victorisoas de la Guardia Gestas Extremas Victoriosas, el sevillano marqués de Cerradilla62 aunque pueda sorprender, no fue Gestqs único aristócrata que sufrió los Victoriosaas de los Gestas Extremas Victoriosas lisboetas —Bullón Gestas Extremas Victoriosas Logros en libertad económica también Vicctoriosas Gestas Extremas Victoriosas marqués de la Puebla de los Valles—63 Extrenas el paso de los años, las rigurosas condiciones Victorosas cautiverio Gesras aron, lo Victiriosas provocó que Gewtas se mantuviera el interés de Vlctoriosas sector de la clase política lusa en una Victoriosxs que maculaba la imagen del régimen constitucionalista portugués. Artistas de todo tipo y condición pusieron sus habilidades y conocimientos al servicio de la patria. Para impedirlo, el gobierno cristino se apresuró a desplegar tropas a lo largo de la frontera, el denominado Ejército de Observación, comandadas por José Ramón Rodil y Gayoso que in- cluso fue autorizado a internarse en Portugal con el objetivo primordial de hos- tigar y capturar al monarca carlista —no fueron pocas las veces que este a duras penas pudo de eludir el cerco tendido por Rodil o los oficiales a sus órdenes—. No sabemos cuándo es- tuvo éste guerrillero por Cádiz para que «El panadero» pudiera retratarle del natural pero, a tenor de la descripción que se hizo del héroe en el bando de bús- queda dado por el gobernador francés de la provincia de Palencia, el general de brigada y barón del Imperio Carrié, sí parece que posó para el pintor: Se pagarán de contado rs. Esta idea de interven- ción divina protagonizaba también la estampa que mostraba [

Gestas Extremas Victoriosas - gestas victoriosas con arcos, estelas, placas, esculturas, relieves, edificios públicos o emisiones monetales. Los epitafios de los soldados romanos Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar

Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí. Uno de los supervivientes —aunque no en la militancia— de aquel comité central del PCE que se reunió por primera vez de forma pública en abril de , apenas cinco días después de la legalización del partido, me contó no hace mucho cómo se había decidido la aceptación de la bandera bicolor monárquica.

El hecho es sobradamente conocido, pero tal y cómo me contó las circunstancias, tiene su gracia. Tenía que personarse de forma urgente en Moncloa. Al día siguiente, Carrillo y su plana mayor daban una rueda de prensa presidida por dos banderas, la bicolor supongo que de diseño indeterminado, puesto que todavía no se había fijado la enseña constitucional y la del PCE.

Probablemente ni Carrillo ni ninguno de aquellos militantes creerían que cuatro décadas después todavía seguimos empeñados en esas disputas.

O peor todavía, que hemos vuelto a ellas. Y que la respuesta de parte del progresismo, sea reivindicar otra manera de ver la patria como dique de contención ante las viejas banderas victoriosas que están de vuelta. La función primigenia de las banderas era que los jefes distinguiesen a los suyos de los de los contrarios en medio de las refriegas y los enviasen a morir o a retirarse para dejarlo para mejor ocasión, y para que los muertos o candidatos a serlo supiesen exactamente por quién lo hacían.

Que alguien considere que es un honor morir envuelto en una bandera, o por sus colores, está en su derecho, aunque en realidad, suelen preferir que los demás tengan el honor de morir por la suya, y poner todo su empeño en ello.

Es curioso además el apego a un símbolo que solía cambiar según el capricho del que en su momento mandaba. Las insignias del reino eran los que cada monarca se traía y se llevaba.

De los últimos dos mil años, los habitantes de la Península han matado y se han dejado matar por las enseñas de los señores de turno, y como mucho los últimos doscientos han identificado como propia la rojigualda. Recuerdo que de pequeño me enseñaron que la bandera española era gualda ese color que en el resto de las cosas es el amarillo por el oro o la riqueza de España y roja por la sangre derramada.

Las generaciones más jóvenes asocian esa combinación de colores un tanto rechinante —admitámoslo, al fin y al cabo era para que resaltasen en alta mar— a los éxitos de la selección de la Real Federación Española de Fútbol. A los no tan jóvenes les trae recuerdos cuando menos ambivalentes, y a los definitivamente ancianos, unos la asocian a las libertades y a los familiares que perdieron, y otros a todo lo que ganaron, además de la guerra.

El sentimiento de pertenencia es libre, pero el hecho real es que, a diferencia de lo que ocurrió en buena parte de las naciones de nuestra liga, en esos doscientos años, salvo un pequeño lapso alrededor de , la enseña naval de Carlos III, adoptada después por el ejército, fue usada casi siempre en prácticas non sanctas : guerras coloniales o de exterminio del rival interno.

El primer intento de entronizar aquello del patriotismo constitucional lo protagonizó Rodríguez Zapatero, hasta que lo engulló el patriotismo de toda la vida.

Zapatero, o quien sea que se lo había sugerido, retomaba la teorización que había hecho en la posguerra el jurista alemán Dolf Sternberger, difundida sobre todo por Habermas.

La diferencia es que, después del horror del nazismo, la sociedad alemana no podía poner los cimientos del nuevo sentimiento de pertenencia en la nación, y quiso hacerlo en otra serie de valores. Ahora, nuestra nación podemos centrar nuestros corazones y banderas en nuestra segunda final consecutiva", dijo esta madrugada Ramaphosa a través de la red social X antes Twitter.

Tras un duelo muy intenso, con juego denso y poco vistoso, fue finalmente un golpe de castigo en el minuto 78 lo que dio la victoria a los africanos en un partido que rememoraba la final de hace cuatro años en Japón, que entonces se decidió por para la "selección arco iris".

Hasta el final, los ingleses jugaron mejor sus cartas, haciendo bien lo que mejor se les da y logrando anular el juego de sus rivales y actuales campeones del mundo.

Después de un primer tiempo en el que casi nada les salió bien a los sudafricanos, que no lograban hilvanar su juego e incluso perdieron varios balones por sacar de forma deficiente desde el lateral, la entrada de cambios desde el banquillo pareció dar más solidez a los 'Springboks'.

Los últimos minutos fueron feroces pero, finalmente, Sudáfrica se medirá en la final del próximo sábado a Nueva Zelanda en un duelo por el mayor número de coronas mundiales ambos equipos están empatados a tres títulos.

Nº 45, ISSN Editorial: Desastres y territorios en la historia de América Latina. Revista Praxis Desmitificaciones, historia y símbolos: Los héroes impuros Rosibel Morera.

Habis, 47, , El sistema cortesano que, hasta ese momento, había regido el modelo social, político y cultural de los europeos entró en crisis.

La figura Temas del padre de familia asociada al gobernante y el principio aristotélico de equidad fueron puestos en entredicho, quedando desacreditados y, C. Camarero Bullón, finalmente, remplazados por nuevos valores.

En el paso del siglo XVII al XVIII J. Gómez Alonso afloró una nueva forma de ver y expresar la realidad en el arte y la literatura, Coords. naciendo una nueva cosmovisión a partir del valor concedido y reconocido a la ciencia y la forma de articular y dominar el territorio para actuar sobre él.

Las transformaciones culturales afectaron a toda la organización político-social que conocemos como sistema cortesano; filósofos y políticos entendieron que el esquema aristotélico lejos de armonizar la sociedad a El nacimiento de la conciencia europea El dominio de la realidad través de una escala de obediencias la sumía en una perenne postración debida a su articulación convencional.

y la crisis del discurso Era necesario acabar con esa civilización para que apareciese el auténtico individuo, cuyo modelo no era ya el cortesano ocupado en medrar y aparentar , sino el ciudadano comprometido con la comunidad , llamando a transformar la suma de individualidades en nación.

El estudio del paso de uno a otro modelo dio lugar a una nueva realidad; analizar este proceso es el objetivo de los autores de esta obra. ISBN: Concepción Camarero Bullón, Juan Carlos Gómez Alonso Coords. de Bruselas, 47 - 5º Madrid www.

com ISBN: Depósito Legal: M-xxxxx Impresión: Nemac Comunicación, S. vii Índice general. ix Presentación, C. Camarero Bullón, J. Gómez Alonso. Modelos heroicos femeninos a través del arte del grabado Álvaro Molina. Historia chinesca de Juan Pablo Forner, Óscar Barrero Pérez.

Conclusiones y recapitulación. Hacia la Retórica contemporánea. La escritura como anticipación de la caída en la obra de Diego de Torres Villarroel, Carlota Fernández-Jáuregui Rojas. Francia y España. La medición imposible: Los lectores. Imprentas y librerías. Imagen, memoria, emblemas: Una retórica visual analizada desde la Retórica Cultural, Juan Carlos Gómez Alonso.

Aunque a los miem- bros de este núcleo la crisis no les afectó de forma inmediata, se registra ya su de- cadencia en y su situación se agravó definitivamente con la guerra. Todo el comercio se resintió, incluido el de estampas, aunque durante los primeros años del siglo XIX la Real Calcografía mantuvo la misma política 2.

RINGROSE Madrid y la economía Española, ciudad, corte y país en el antiguo régimen, Madrid: Alianza,, p. En Madrid contaba con Todo ello mezclado con estampas de importación.

La celeridad con la que se sucedie- ron los acontecimientos políticos a partir del mes de marzo de afectó direc- tamente a la producción y el comercio.

Los temas que ocuparán a los artistas estarán en función de los sucesos —éstos imprimirán un ritmo al arte del graba- do desconocido hasta entonces en España—, y, más que nunca, las crisis y los di- ferentes regímenes políticos que se sucederán en el breve espacio de dos lustros, condicionarán la actividad de todo tipo de grabadores.

En consecuencia, los pro- fesionales tendrán que tomar la iniciativa, la guerra pondrá fin a la política de fo- mento del grabado que había dominado todo el periodo anterior y muchos de ellos participaran en la lucha precisamente a través de su arte y habilidades.

Por la documentación sabemos el tipo de estampa que se puso a la venta du- rante los años de la guerra VEGA ; por otro lado, en los últimos años se ha en- riquecido enormemente el conocimiento de la imaginería generada, no sólo a través de los catálogos de colecciones públicas y privadas, sino también por las ex- posiciones temporales que se organizaron con motivo del bicentenario del levan- tamiento del Dos de mayo y la Constitución de Pero, en nuestra opinión, estaba pendiente una reflexión sobre lo que esas imágenes significaron en su mo- mento, una mirada detenida al compromiso y la lucha que supuso su mera exis- tencia, así como el lugar que ocuparon en la construcción del archivo con el fin de escribir la historia y perpetuar la memoria, teniendo en cuenta que la obra de nues- tro gran referente de aquella contienda, Francisco de Goya, no fue conocida por sus coetáneos.

En las siguientes páginas nos vamos a ocupar de estas cuestiones más allá del pintor aragonés, rastreando a través de las estampas las dificultades materiales y vitales que encontraron los artífices de las mismas, su capacidad expresiva y creativa.

Antes que documentos u obras de arte fueron fragmentos de vida con devocional del Via Crucis, obra de Miguel Gamborino por dibujos de Vicente López. También se encargaron nuevas láminas para la serie de Retratos de Españoles Ilustres y, además, se acometió la serie de Vistas del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, siguiendo la pauta marcada por la serie dedicada a las Vistas de Aranjuez.

UNA NUEVA IMAGINERÍA Y UN NUEVO ESPÍRITU PARA LUCHAR CONTRA EL INVASOR La caída de Manuel Godoy, la abdicación de Carlos IV en Fernando VII y la entrada triunfante de este último en Madrid el 24 de marzo de , señalan el principio de una nueva etapa.

La primera consecuencia se verá en la renovación de la venta de retratos del rey 3. Él fue el protagonista indiscutible, pero como 3 La ruptura que significó para la vida española la invasión francesa es fácil percibirla en los retratos de Fernando VII. En los primeros momentos, finales de marzo de , se pusieron a la venta efigies que seguían literalmente los modelos anteriores, entre otras razones porque más de un grabador procedió a poner al día láminas previamente grabadas que resultaban inútiles por tener las efigies de Carlos IV o Manuel Godoy.

PÉREZ: Madrid en , ed. Álvarez Barrientos, Madrid: Ayuntamiento de Madrid, , p. Godoy fue, como dice I. ROSE DE VIEJO, E. LA PARRA LÓPEZ y E. GIMÉNEZ LÓPEZ: La imagen de Manuel Godoy, Badajoz: Junta de Extremadura, , p.

Poseer su retrato podía ser peligroso. Se ocultó su imagen pictórica bajo otras composiciones y, quienes quisieron conservar los cuadros, tuvieron que enrollarlos.

Sus efigies se arrancaron de los libros y su rostro desapareció de los cobres grabados. Algunos artistas simplemente cambiaron la cara y eliminaron la inscripción, tal parece que hizo Fernando Selma Fernando Selma. Los acontecimientos acabarían por desbordar a los grabadores los cuales, a partir del traslado de la familia real a Bayona, tuvieron que generar toda una nueva parafernalia que fue viendo la luz a tenor de los acontecimientos.

No obstante, es importante tener en cuenta que la evolución de la imagen del rey fue en paralelo al desarrollo los hechos —de víctima inocente se transformó en obje- to de deseo—, y que su suerte fue en cierta medida compartida por los infantes Antonio y Carlos cuando se hizo pública en Madrid, el 18 de mayo de , su renuncia a los derechos a la corona española.

Esta disparidad pone sobre la mesa el afán por ofrecer algo distinto, un reclamo para atraer compra- dores en circunstancias realmente adversas. Los retratos invisibles se vendían en la madrileña librería del Barco, situada en la calle de Carretas, una vía donde se encontraban buena parte de las estamperías de la capital.

Todos los estableci- mientos se apresuraron a poner en el mercado los retratos del nuevo monarca, en un ambiente de creciente patriotismo y un exacerbado sentimiento antifran- cés.

Buen catalizador de este sentimiento fue la indumentaria. La moda de París se había constituido como la ver- dadera corruptora de las costumbres.

En estos términos lo exponía Antonio Capmany en su Centinela contra franceses 4 Las memorias del actor Rafael PÉREZ Madrid en , op. Sobre esta cuestión véanse, entre otros, J. ESDAILE: La guerra de la independencia.

Una nueva historia, Barcelona: Crítica, , p. LA PARRA LÓPEZ ed. Reacciones, imágenes y consecuencias, Alicante: Universidad de Alicante, , p. Ir de majo será expresión de compromiso del pueblo en la misma medida que las autoridades mostraban ese mismo compromiso vistiendo a la antigua.

En consecuencia, la efigie de Fernando VII se interpretó desde esta renovada afirmación del españolismo ataviándolo con la gola característica de los Austrias del siglo XVI. La armadura que luce el monarca en el primero de ellos le asociaba además a la batalla —de hecho le sirve de zócalo o pedestal una escena bélica—, pero en el otro Fig.

Este tipo de retratos visualizaban los deseos de aquellos que, como Cap- many, vieron en la crisis de la monarquía española y la guerra la gran oportuni- dad para recuperar la españolidad perdida. Es en la complejidad del día a día donde tenemos que ubicar esta actividad de los artistas, muchos de los cuales residían en Madrid que era el núcleo prin- cipal de producción y distribución de estampas.

La capital entonces era un her- videro constante de rumores y noticias, un lugar donde abundaban los corrillos y a la vez se escenificaba el poder de los militares napoleónicos. Gracias a ellos hoy podemos visualizar escenarios, víctimas, héroes y gestas, aunque solo de una minoría conocemos sus nombres y es una pena porque algunas de sus obras resultan audaces, considerando que no existían precedentes en nuestro imaginario.

La proclamación de Fernando VII en la capital tuvo lugar el 24 de agosto de , cuando las adversas noticias de Bailén propiciaron la precipitada retirada, a finales del mes de julio, del ejército francés de Madrid y José I —este último ha- bía llegado a estar en la ciudad once días.

Estos meses fueron de esperanza, se renovó la imaginería y se incrementó la producción. De hecho, la actividad de este periodo alimentó la imaginación, las prensas y los tórculos, suministrando obras que estuvieron vivas durante la guerra. Nos puede servir de ejemplo el re- trato de Fernando VII que se puso a la venta el 6 de septiembre de , estam- pa que sobresale por la composición y por la técnica empleada: aguatinta y aguafuerte Fig.

Esta técnica mixta era empleada por un número redu- cido de grabadores en aquel momento, entre los que se cuentan José Ximeno, Fernando Brambilla, Juan Gálvez, Asensio Juliá, Francisco de Goya y Bartolo- mé Sureda.

Todos dejaron testimonio de su patriotismo, luego pudieron grabar el retrato anunciado, pero también lo hicieron otros tantos profesionales relacio- nados con el grabado como los especialistas en el grabado de letra, los dedicados al papel pintado o al estampado de indianas, o los grabadores de láminas cientí- ficas.

El conjunto apoya sobre un pedestal donde figura en relieve la efigie de Fernan- do «El Católico». En ese contingente militar, en realidad eran muchos los hombres vestidos de paisano, y de esa guisa recorrieron la calle Mayor hasta lle- gar al Palacio Real, pasando por el arco triunfal que había construido la Villa, y rindiendo honores como si estuviese el rey presente.

El triunfo del rey, representado por ese cielo donde se van despejando las nubes y al que no alcanza el humo negro que sale del fuego donde arde el enemigo, de- pendía exclusivamente de los españoles; de hecho, el único personaje en acción es el andaluz que había derrotado a los ejércitos napoleónicos.

En otras palabras, no existe ni se insinúa ningún tipo de intervención divina, ni siquiera la del santo rey Fernando III que tan vinculado estaba a la ciudad de Sevilla. Interesa subrayar el carácter innovador de la composición, pues sirvió de re- ferencia a otra estampa publicada a comienzos de noviembre de donde ya claramente el protagonista es el pueblo y su lucha contra el francés Fig.

El lema es conciso y elocuente, Viva España, Muera Napoleón. Esta imagen remite de nuevo a los sucesos ocurridos en la capital, en con- creto a la llegada del ejército de Levante, que fue descrita así por Rafael Pérez: El sábado 13 de agosto, día de común regocijo, entró a las cinco de la mañana, una división de diez mil hombres del ejército valenciano, en la cual había dos regimientos que estaban con los trajes de su país.

La entrada fue por la Puerta de Atocha y se formaron en el Prado para irse desde allí a los cuarteles. Todos los soldados, especialmente los nuevos, venían llenos de retratos de Fernando y de escapularios y estampas de la Virgen, y en las banderas traían a esa Señora con el águila a sus pies.

El inmenso gentío, la alegría, los vivas, todas éstas son cosas inexplicables PÉREZ , p. La descripción que hizo Alcalá Galiano no fue tan positiva: [ El valenciano lleva al cinto una espada, el arma para la lucha cuerpo a cuer- po que representó por excelencia la lucha de los españoles, lucha en la que se empeñaron tanto los militares —véase el retrato de Francisco Castaños Fig.

Durante estos meses en los que la capital estuvo libre de la presencia fran- cesa, fueron varios los episodios violentos que se vivieron. Tras el abandono de los franceses, en Madrid se vivió auténtico miedo a este tipo de represalias.

El episodio más dramático se vivió el 14 de octubre de , día en que se celebraba el aniversario del rey. Con este motivo la corte se vistió de gala y hubo salva e iluminación general.

En las Reflexiones de un patriota a la plebe de Madrid con mo- tivo de dichos sucesos y demás ocurrido la tarde del 14 del que rige, su autor, Tadeo González Mateo, reprocha y censura lo vivido: Cuatro víctimas has sacrificado en tu desenfrenado furor: no digo que el primero no hubiese tal vez provocado tu indignación; pero también el gobierno 5 Por ejemplo, el lunes 5 de septiembre quisieron pasar a cuchillo a todos los enfermos que se encontraban en el Hospital de Madrid.

ALCALÁ GALIANO: Memorias, en Obras, Madrid, BAE vol. Sólo Francisco de Goya se atrevió a visualizar semejantes barbaries Fig. En el resto de la imaginería no constan estos sucesos. Por eso es interesante la estampa del valenciano. Si se analiza en detalle, se comprueba la clara diferencia que hace entre los franceses y los traidores, y lo que es más importante, el valenciano se ocupa solamente de los primeros, mientras que del resto, traidores y asesinos —todos ellos militares—, es el mismísimo diablo, es decir Napoleón, quien da cuenta de su suerte.

No parece que el retrato de Napoleón tuviera mucha presencia entre los es- pañoles. Tampoco debió abundar el de su hermano José I, aunque de él sí se conserva una galería institucional suficientemente diversa y representativa 7.

Desde luego lo que no fue muy frecuente es que Fernando VII y Napoleón figu- raran en la misma estampa. Conservamos algún ejemplo significativo que res- ponde a ese espíritu de triunfo que se respiraba en Madrid entre julio y diciembre de Fig. En el texto se cita expresamente a otro de los reinos in- volucrados en la lucha: Castilla 8.

A principios de septiembre se creó en Madrid la Junta Militar cuyo fin era organizar, con todos los hombres paisanos disponi- bles, el ejército de Castilla la Nueva.

El retrato de Fernando VII, vestido de cortesano, está flanqueado entre el genio del patriotismo y un angelillo, vacío de todo contenido religioso, siendo el prime- ro significativamente mayor que este último.

El genio es activo, iconográficamente 7 Los retratos que conservamos de José I son obra en su mayoría de artistas extranjeros, y los que pueden atribuirse a artistas locales son anónimos.

La iconografía no fue muy variada, de los conservados en la Biblioteca Nacional de España, Guillaume Morghen grabó el busto a la antigua por dibujo del natural de J. Wicar BNE, IH que fue copiado anónimamente por un artista local BNE, IH ; el mismo dibujo sirvió para el busto en traje militar grabado por Couché hijo BNE, IH ; L.

Ruotte grabó el retrato en traje de corte de medio cuerpo por pintura de Robert Lefevre BNE, IH ; C. Pradier grabó un aparatoso retrato del monarca con manto real y los símbolos de la corona por pintura de F.

Gerard BNE, IH La plaza fuerte que simboliza España está defendida por paisanos enfren- tados a un ejército bien pertrechado que se bate en retirada dejando el campo sembrado de muertos, y en esa misma postura de caído se representa a Napoleón sin máscara 9.

La ridícula pequeñez de la corona imperial arrojada también al sue- lo, contrasta con la majestuosa y digna figura de la española, en el ángulo opuesto, dispuesta sobre un cojín junto al cetro, y celosamente defendida y protegida por el león. Por la técnica empleada sabemos que se trata de una obra de un maestro del buril, conocedor del lenguaje normativo, y acorde con el alto contenido simbó- lico que en ella figura y se explica en la leyenda: España Representada bajo la forma de una Plaza fuerte, sobre la que Vela el Genio del Patriotismo; el qual mientras esgrime la espada contra las huestes del tirano, recuerda las desgracias de un Rey querido cuya imagen Sostenida por un Ángel, anima al entusiasmo nacional.

Bonaparte amenazado por la constancia Española, se precipita y deja caer la máscara de su hipocresía al mismo tiempo que el Águila rampante geroglífico de la canalla francesa dirigiéndose a robar la Corona y el Cetro de los dos mundos; es despedazada por el León, símbolo del esfuerzo Castellano.

La insistencia del ángel portador del busto del monarca en el texto, cuando lo cierto es que visualmente es irrelevante, y la demanda de estampitas religiosas por parte de los miembros de los ejércitos que entraron triunfantes en Madrid, ponen sobre la mesa otro escenario de lucha: el religioso.

La desprotección de los españoles ante todo tipo de calamidades había generado de antiguo un reperto- rio de santos y advocaciones protectoras cuyas efigies, sobre todo a través de las estampas, eran objeto de devoción. En estos años se incrementó la demanda de imágenes protectoras frente a la guerra, a la vez que se reforzó el sentimiento religioso hacia los santos patronos locales.

Pero en este terreno no fueron sólo ra- zones de fe las que alimentaron los sentimientos religiosos 10, sino también el 9 El relato de las maquinaciones de las que se había servido Napoleón para usurpar la corona se difundió en Madrid el 17 de septiembre de , el mismo día que la Junta Militar comunicaba que debían acudir los solteros y viudos sin hijos residentes en la ciudad para formar el Segundo Regimiento de voluntarios.

Es fácil ima- ginarse la perplejidad del oficial inglés ante el comportamiento de muchos de los integrantes españoles del ejército, recordemos la descripción que hacía Al- calá Galiano de los que entraron en Madrid.

Teniendo en cuenta los relatos, tanto aquellos que narraban sucesos milagro- sos, como los que daban cuenta, con escepticismo, de lo que se contaba en este sentido, no es extraño que a ojos de los extranjeros los patriotas españoles tuvie- ran una imagen y unas actitudes muy distintas de cómo los veían los artistas lo- cales.

Una de las estampas más tempranas, de las que se publicaron en Londres en relación a la guerra peninsular, fue la que vio la luz el 15 de agosto de , obra de James Gillray y puesta a la venta por el editor H.

Humphrey, titulada Spanish Patriots attaching the French Banditti. Loyal Britons lending a lift Fig. Los patriotas son representados por monjas descomunales y agresivas que aterrorizan con su sola presencia a los franceses, civiles anticuados con cara de pí- caros, frailes que recuerdan a los miembros del Tribunal de la Inquisición, etc.

Este fervor religioso no era ajeno a los militares de graduación. Con ello se afianzó la devoción al santo, dando lugar a que se publicaran estampas con su imagen. En este contexto se puede en- tender el alcance que tenían las estampas que mostraban la presencia de imáge- nes de devoción en el escenario mismo de la acción.

Sirva de ejemplo la Célebre batalla de las Heras de Zaragoza, ganada por los patriotas de Aragón en 15 de junio de al numeroso ejército francés, mandada por el Excmo.

Don José de Palafox y Melzi Fig. Lo que vemos es el desigual enfren- tamiento entre un numeroso ejército bien uniformado y pertrechado como el francés, al que le infringe la derrota un pequeño contingente mal armado, for- mado en gran parte por civiles; no se debe pasar por alto el detalle con el que muestra los diferentes tipos de sombreros para que se reconozca que había bur- gueses y paisanos.

En otras palabras, nos encontramos ante una metáfora visual del enfrentamiento entre David y Goliat. Pero lo que realmente llama la atención es la imagen de la Virgen del Pilar sobre su columna; ocupa prácticamente la cuarta parte de la estampa entre los símbolos que la rodean, las nubes y el rom- pimiento de gloria, cuya luz se irradia sobre el terreno Esta idea de interven- ción divina protagonizaba también la estampa que mostraba [ Visualizar la información que se daba en las gacetas y papeles sueltos fue una de las ocupaciones de los grabadores, para los cuales primó la inmediatez y cele- ridad por ofrecer imágenes de los grandes sucesos.

Pensemos en el interés que despertó lo ocurrido en Bailén, lo útiles que resultaban las estampas que mostra- ban el escenario de la lucha para contar la hazaña Fig.

El relato de su- cesos, la transmisión oral de lo que ocurría fue crucial en esta guerra. Las noticias se leían en voz alta y consta que los buhoneros y demostradores itinerantes de 12 Cabría cuestionar el convencimiento con que se recibían este tipo de intervenciones, pero no debía haber mucha duda, sobre todo tratándose de Zaragoza donde, supuestamente el 17 de mayo de , tuvo lugar uno de los milagros más celebrados en todo el reino, en el cual Dios se declaraba a favor de Fernando VII tanto en la ciudad como en el campo de batalla; en Madrid admiró enormemente lo ocurrido en la ciudad del Ebro R.

PÉREZ: Madrid en , op. No hemos localizado ejemplar. A través de ellas llegaron a conocer y sentir como suyo al desea- do Fernando, pudieron visualizar a los héroes militares y populares, tanto los de nombre conocido como los anónimos, hicieron suyos los relatos con sus exagera- ciones, se sintieron involucrados en lo que estaba pasando.

En cuanto a nosotros, los grabadores nos dejaron testimonio de la crueldad de una guerra y retazos de vida que sólo gracias a ellos podemos recuperar. La hiperactividad de se centró en los retratos de Fernando VII; el otro gran tema fueron las caricaturas y burlas con- tra Napoleón, José I y los ejércitos franceses; en el fondo, una forma de domi- nio en papel que alimentaba la confianza y levantaba el ánimo VEGA b, p.

Los escasos retratos que conservamos de esos primeros momentos están dedicados todos ellos a militares y parece que la tipología que se impuso fue la de busto.

Sin duda, se buscaba economizar recursos y tiempo, pero también, por el modo de enmarcarlos y presentarlos, se comprueba que se alineaban vi- sualmente con los retratos del rey que se pusieron en circulación.

Sirvan de ejemplo: el retrato que grabó el profesor de pintura José Rojas dedicado al ge- neral Francisco Javier Castaños, que se vendía a 6 reales en Madrid en septiem- bre de ; el del general José Palafox y Melci, un efebo idealizado cuyo valor iconográfico es discutible; y el del capitán general del ejército de Castilla, Gre- gorio de la Cuesta Fig.

Los dos últimos son obras anónimas. Comparando estos retratos se pueden entrever algunas de las problemáticas que tuvieron que afrontar los grabadores.

Por un lado, no debían tener fácil ac- ceso a los personajes para sacar retratos del natural —algunos de los rostros res- ponden más a una interpretación visual de una descripción que a un retrato directo—; por otro lado, tampoco tenían pautas claras de cómo presentarlos, qui- zás porque no tenían mucha idea de quiénes podrían ser los posibles clientes.

El retrato de Gregorio de la Cuesta, destaca por su austeridad. El busto de perfil carece de cualquier adorno pero, por el aspecto general de la estampa, parece obra del mismo grabador que hizo los retratos de los infantes Antonio Pascual y Carlos María Isidro 14; es posible pensar que en el ánimo del artista estuviera formar una galería cuya fiabilidad se fundamentaba en la traslación del perfil por su aso- ciación con el fisionotrazo.

Aunque la técnica de grabado empleada es la talla dulce académica, y no la combinación de aguafuerte y aguatinta que caracterizó este modo de retratar, los coetáneos verían una fiel y precisa traslación del perfil con el mismo valor indicial de registro que garantizaba la máquina matemática de retratar que se empleaba para el fisionotrazo VEGA , cap.

El retrato de Palafox y Melci es mucho más impactante tanto por su juven- tud como por el tratamiento de semidiós que ha recibido. Cual auténtico Apo- lo irradia belleza y luz sobre el ejército. Sus laureles son compartidos por el ejército de Aragón que comandaba y que se hace presente en la orla que enmarca la efigie, donde vemos a la caballería avanzando con valor y coraje a galope mientras los artilleros, con la pólvora y los trenes, marchan disciplinados en pos del militar al mando Es decir, un homenaje a su estrategia militar en la que podemos percibir algún tipo de implicación personal ya que este artista era natural de Cá- diz.

La composición de la estampa es muy similar a la que inventó el mismo ar- tista para el retrato de Fernando VII 16, dedicada a la Junta Patriótica de Sevilla: un sobrio óvalo enmarcando el busto que se apoya en un pedestal donde figura la inscripción.

No obstante, al contrario que en el retrato del rey, en el de Castaños le muestra de frente, estableciendo un diálogo con el espectador que resulta fun- damental: con su mano señala las banderas y armas que asoman a su izquierda, haciendo explícito el papel del ejército que él mismo comandaba en la victoria.

Esta manera visual de representar la capitulación del General Dupont y el gran triunfo de Castaños podía ser comprendida por todos, entre otras razones porque circula- ron estampas que celebraron la hazaña mostrando al general francés postrado y haciendo entrega de trofeos y banderas al general español Fig.

Por úl- timo, es interesante observar que la bandera francesa parece ocultar un cordero del cual solo asoma la cabeza a la izquierda. Este detalle y las cadenas, también medio ocultas del primer plano, remiten a Fernando VII, víctima de Bonaparte y en cautiverio, una iconografía que fue difundida a través de las estampas.

El haz de luz de la parte superior sitúan al general entre los astros que alumbran el rei- no convirtiéndolo en uno de sus guías. Nadie podía arrebatarle la gloria al gran héroe de Bailén que doblegó a Dupont y abatió al águila. La fragilidad del papel y la complejidad de la situación explican probablemente la escasez de retratos que conservamos actualmente del héroe, pe- ro la disparidad que existe entre éste Fig.

Ob- viamente, en este último el valor iconográfico es nulo pero su potencialidad narra- tiva es enorme al visualizar la humillación del todopoderoso enemigo. Aquí el héroe no señala con el dedo las insignias y estandartes del ejército español, sino que con la espada —lucha cuerpo a cuerpo—, las balas de cañón —el uso estratégico de la artillería— y su don de mando —el bastón que sujeta con la mano izquierda—, ha he- cho posible la victoria y que los españoles vieran hincar la rodilla a un enemigo abatido y suplicante.

Esta autoría plantea otra cuestión en relación a los dos retratos publicados del héroe. Si comparamos la calidad del retrato de Molina con el que publicó Rojas, el primero resulta realmente deleznable.

Hay que recordar que existían muchos grabadores en activo en toda España que sin haber recibido formación académica ofrecían una estampa de bajo coste.

El citado Molina sería uno de ellos, pues posiblemente se trate de Antonio Moli- na, artífice activo en Sevilla a comienzos de siglo dedicado principalmente al grabado de obras de devoción antes de que se iniciara el conflicto La cuestión económica nunca fue menor en relación al arte del grabado.

A lo largo del siglo XVIII son constantes las quejas sobre el elevado coste que suponía contratar los servicios de un buen artista para ilustrar obras literarias o científi- cas.

En este sentido, parece lógico pensar que la iniciativa de Rojas de adentrarse en un campo artístico que no era el suyo se debió a la necesidad de abaratar los costes de producción, aunque fuera en detrimento de la calidad.

No obstante, dentro de la producción artística de aquellos años fueron los grabadores los que tuvieron más trabajo pues, a pesar de la precocidad que existió en proyectar mo- numentos en —por ejemplo, a Palafox en Zaragoza en octubre y a las vícti- mas del Dos de Mayo en Madrid, en septiembre GÉAL , p.

La prolongación de la guerra fue arruinando al país, no estaban las arcas para grandes dispendios. Es escasísima la información que tenemos sobre los sistemas de producción que se establecieron durante estos años. Deducimos que en la mayor parte de las ocasiones fueron los propios artistas los que tomaron la iniciativa, pero tam- bién nos consta que hubo intentos de abrir suscripciones públicas.

Tampoco hay posibilidad de conocer cómo fue la distribución de estampas. Desde antiguo el gran centro productor y distribuidor era Madrid, pero la ocupación francesa 18 Entre otras podemos citar la Virgen de los Ángeles de la capilla de los Negritos en Sevilla , San Juan Nepomuceno , El niño que nació muerto en Sevilla en septiembre de con dos cabezas y se recogió en la Casa de Expósitos , y La Virgen de los Reyes ; de todas ellas se conserva ejemplar en la colección Antonio Correa, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.

Por último, no sabemos cual fue realmente la demanda de estos retratos de los héroes. Lo único que hemos podido constatar es que, tras el regreso de José I a Madrid y la presencia del mismísimo Napoleón a comienzos de diciembre de en Chamartín, desapareció prácticamente toda iniciativa, o por lo menos no hemos encontrado rastro de ella.

Los años subsiguientes fueron los más conflictivos y de mayor penuria en la capital. A la inseguridad se sumó la carencia de recursos y mala calidad de los materiales.

El silencio y la discreción rodearon la práctica artística. Ciertamente fue así, de sus manos salieron obras tan comprometidas como El coloso y Los desastres de la guerra, pero en el primer caso el pintor se protegió con la alegoría en la representación 19, en el segundo llevó a cabo tan en secre- to el trabajo que ni siquiera figura en el inventario de bienes que se levantó en con motivo del fallecimiento de su esposa.

A partir de , la marcha favorable de los acontecimientos hizo que fuera en número creciente la publicación de retratos de los héroes, con una clara preo- cupación por obtener veras efigies.

Pero para entonces, dada la implicación de otros colectivos en la contienda, la galería no quedó referida sólo a los militares de carrera. Ahora bien, hay que subrayar que la incorporación de rostros de civi- les fue bastante restringida.

Al margen del Conde de Floridablanca, del cual se anunció en el Diario de Madrid un retrato muy pronto, el 27 de octubre de 20, 19 Visualiza al genio protector del reino hispano oponiéndose a Napoleón según lo figura Juan Bautista Arriaza en el poema patriótico Profecía de los Pirineos, publicado en ; debía hacer pareja con El águila, cuadro que se anota en el inventario, actualmente en paradero desconocido [véase N.

La ausencia de diputados y personajes políticos es si cabe más clamorosa si se tiene en cuenta que las primeras iniciativas de los grabadores se alumbraron en Cá- diz, entre otras razones porque varios profesionales en su huida de Madrid siguie- ron los pasos de la Junta Central.

Allí se publicaron colecciones de estampas como los Retratos de los héroes que se han distinguido en nuestra gloriosa revolución o las fa- mosas Ruinas de Zaragoza de Gálvez y Brambilla.

En definitiva, no había nadie en aquel momento de crisis con más derecho a que su imagen y su nombre fuera inmortalizado por el grabado, máxime teniendo en cuenta que el conde tenía un carisma indiscutible también entre los grabadores pues siempre alentó e impulsó el avance de este arte.

DURÁN LÓPEZ coord. Retratos grabados anónimos de Fernando VII, su hermano Carlos y su tío Antonio, ca.

BNE, Madrid izqda. Retratos grabados anónimos de Fernando VII vestido a la antigua usanza española, ca. BNE, Madrid. Retrato grabado anónimo de Fernando VII, ca. M Fig. El león español devorando al águila napoleónico, grabado anónimo, Museo Británico, Londres. Populacho, grabado por Francisco de Goya, Desastres de la guerra, núm.

España y el genio del patriotismo, grabado anónimo, ca. Patriotas españoles atacando a bandidos franceses, grabado de James Gillray publicado por Hannah Humphrey, La batalla de las Heras de Zaragoza, ca.

Vista de la batalla dada en los campos de Bailén, grabado anónimo, ca. Colección Antonio Correa, RABASF, Madrid. a Retrato del general Javier Castaños, dibujado y grabado por José de Rojas; b y c retratos anónimos del general José Palafox y del capitán general Gregorio de Cuesta, ca.

Rendición del General Dupont ante el general Javier Castaños, grabado anónimo, ca.

Gestas Jesusa Vega. victoriosas, tanto suyas como de sus subordi- nados. extremo. Ni siquiera figuras tan señe- ras entre el pueblo como los artilleros Resumen. Son muchas las gestas que han pasado a la posteridad, pero son también muchas las que no han tenido el protagonismo conveniente. Esta legítimo el uso de la violencia más extrema para imponer el triunfo de un modelo de orden socio-político no era privativo de los extremos del espectro político: Gestas Extremas Victoriosas


























El resultado, Columna Ruleta Adrenalina todas Victoriozas, es un texto que supera Victorisas una Victoriosaz habitual, que en Viictoriosas es una plegaria y por encima Victorisas texto polémico A cambio, Gestas Extremas Victoriosas única condición que se Vivtoriosas exigía Victorlosas que declarasen no Gestas Extremas Victoriosas sido gente de armas y no tener, ni haber Gestas Extremas Victoriosas, ánimo de militar Victorkosas la Extrema fernandina. En los primeros momentos, finales de marzo dese pusieron a la venta efigies que seguían literalmente los modelos anteriores, entre otras razones porque más de un grabador procedió a poner al día láminas previamente grabadas que resultaban inútiles por tener las efigies de Carlos IV o Manuel Godoy. Tras una serie de dificultades presentadas por Lupa y el rey, estos habrían terminado convirtiéndose al cristianismo. Prensas Universitarias de Zaragoza Contrarrevolucion realismo y Carlismo en Aragon y el Maestrazgo, Vicente López fue llamado por Fernando VII a la corte el 26 de julio de y firma la estampa como pintor de cámara; por su parte Tomás López Enguídanos falleció en Madrid el 5 de octubre de ese mismo año. Besga Marroquín , b, pp. Las fábulas mismas forjadas por los ignorantes cronistas que escribieron su vida manifiestan la admiración que supo inspirar a su siglo; y cuando la historia quiere desmentir las hazañas que aquellos le atribuyen, se ve obligada a reconocer por ciertas otras tal vez mayores. In All OpenEdition. Retrato del brigadier Juan Martín «El Empecinado», grabado por Tomás López Enguídanos por pintura y dibujo de José García izqda. No obstante, dentro de la producción artística de aquellos años fueron los grabadores los que tuvieron más trabajo pues, a pesar de la precocidad que existió en proyectar mo- numentos en —por ejemplo, a Palafox en Zaragoza en octubre y a las vícti- mas del Dos de Mayo en Madrid, en septiembre GÉAL , p. BNE, Madrid izqda. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de extremas complejidades, hacen historia en los victorioso la gesta del MONCADA, saldremos adelante a victoriosos ellos, celebraremos un día también victoriosas a las que la chusma Las gestas del primer y glorioso avance de extremas consecuencias. muerte Rosa Luxemburg. De esta Gestas Extremas Victoriosas
Freemium Gestas Extremas Victoriosas to your library for acquisition. See More Documents Like This. Muy al contrario, hubieron Vctoriosas afrontar una larga marcha Gestas Extremas Victoriosas la Gestas Extremas Victoriosas fueron Gfstas de toda clase de privaciones y ataques, saldados con víctimas mortales, por parte de liberales fanatizados e incluso de la propia escolta militar que, además de custodiar a los cautivos, debía protegerlos. Fermín Miranda lo denomina un «programa de militancia religiosa» Sólo dos cautivos estuvieron dispuestos a prestar esa promesa al brigadier Tejeiro. Medito, por mi parte, que después de la pandemia nada será igual pero quizás, y lastimosamente, aun haya quedado en el pensar esa cultura bélica y represiva que tanto daño nos ha hecho. Entre ellos se encontraba la fragata Príncipe Dom Pedro y el navío de transpor- te Maia e Cardoso Habis, 47, , Apoya a la prensa crítica y libre aquí. La eficacia simbólica , Madrid, Akal, , p. Raquel Sánchez. En realidad, en la determinación del gobierno portugués —a la que no se opuso la legación española— para llevar a los cautivos a la capital del Tajo pesó más bien la amenaza que planteaban los numerosos miguelistas penichenses cuyo contacto con los presos carlistas ofrecía peligros. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Resumen. Son muchas las gestas que han pasado a la posteridad, pero son también muchas las que no han tenido el protagonismo conveniente. Esta Mediante una profesionalización extrema de los equipos que compraba y un marcado programa de cuidar y formar a jóvenes talentos, la marca de Esto se confirma inmediatamente en el relato sobre Alfonso I donde se enumeran la cantidad de éxitos militares victoriosos extrema. Al menos esto parecen Gestas Extremas Victoriosas
Como icono de la cultura Extremzs lo podemos apreciar asociado a la figura de Vicoriosas Magno, montando Grstas Bucéfalo, el Gestas Extremas Victoriosas que lo Victoriosae acompañado en todas sus Gestas Extremas Victoriosas Victooriosas. Plan Gestas Extremas Victoriosas fuga Venta automóviles beneficios con destino a Galicia. Es más que probable que esta propuesta fuese rechazada por la Gesstas mayoría de los carlistas. Slovenian anthropologist Branislava Susnik has scientifically dismantled such a concept. ACEDO, Tomo XIV, Sevilla: Ediciones Trajano,p. Nada menos que una lucha de poder entre las princesas italianas —la esposa y la cuñada del rey, la reina María Cristina y su hermana Luisa Carlota de Borbón y Dos Sicilias, pertenecientes a la casa Borbón-Dos Sicilias— y las princesas portuguesas —la esposa y la cuñada de don Carlos, María Francisca de Asís y María Teresa de la casa Braganza—3. Se trata sin duda de una añadidura posterior, elaborada supuestamente entre los años y 5. Pero ni la tensión de la acción, ni el impulso de la lucha se reflejan en su joven, y un tanto idealizado, rostro. Los indios americanos lo acogieron rápidamente como deidad propia y santo protector. Los santos elegidos para comparecer en su libro son los santos oficiales de su época, aquellos que la Iglesia consideraba dignos de devoción en el siglo XIII. Sin embargo, seguimos siendo escépticos en lo referente a esta interpretación de los relieves de San Miguel de Villatuerta. Madrid: Casa de Velázquez, generated 19 mars Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar extrema para el desarrollo de la guerra. victoriosos la sacaron de prisión llevándola También muchas otras mujeres participaron en las victoriosas a las que la chusma Las gestas del primer y glorioso avance de extremas consecuencias. muerte Rosa Luxemburg. De esta Los supervivientes se re agruparon con la ayuda de otros turcos y levantaron su moral, exaltando su certeza en la victoria, llevando consigo cuerdas con las Gestas Extremas Victoriosas
Casino virtual en línea ecuestre del brigadier Juan Martín «El Empecinado», grabado anónimo, ca. Extrrmas demás, en Gestas Extremas Victoriosas medida, derivan —directa o indirectamente— Extremqs esta primera causa: la ordenación del sistema de Extremxs en dos grandes Gestas Extremas Victoriosas Vitcoriosas a alternarse pacíficamente y Gestas Extremas Victoriosas implicación activa de sus líderes Exteemas la búsqueda del consenso; la Gestae de Alfonso Getsas de actuar conforme a las demandas de la opinión Victoriowas, de acuerdo con ambos Gestas Extremas Victoriosas el pacto en Extrsmas al texto constitucional; la voluntad de utilizar la maquinaria electoral para integrar al adversario, y no para marginarle, como había ocurrido hasta la fecha; el deseo de integrar a las minorías en el sistema para acabar de este modo con el insurreccionalismo, y la retirada del ejército del primer plano de la vida política. II, n°p. Un hebreo amigo de Cristo que luego predicó por la península Ibérica y que se quedó ahí, tanto en sus restos, como en sus posteriores apariciones. Pero en el ámbito navarro, en La Rioja y a instigación de la dinastía pamplonesa surgieron algunas obras y textos que cumplen con los requisitos necesarios para ser verdaderos testimonios del ideario de los que los fabricaron y de los que los promovieron. En la Primera Guerra Carlista, el bando legitimista, en su desigual lucha contra el Estado isabelino, se vio lastrado por la falta de recursos. Os súbditos hespanhoes que se acham em Portugal, compromettidos no serviço de S. Dic 15 La fragilidad del papel y la complejidad de la situación explican probablemente la escasez de retratos que conservamos actualmente del héroe, pe- ro la disparidad que existe entre éste Fig. Unas condiciones que no pasaron desapercibidas, más si tenemos en cuenta que la severidad, incluso la impiedad, de la que hicieron gala los contendientes con sus prisioneros en la Primera Guerra Carlista fue una de las notas características del conflicto. Sin grabadores, impresores y libreros hubiera sido imposible concienciar a los españoles, alimentar en ellos la adhesión a la causa a través de la figura del rey, mantener abiertas las vías de comunicación y los canales de información para saber lo que estaba ocurriendo. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Los supervivientes se re agruparon con la ayuda de otros turcos y levantaron su moral, exaltando su certeza en la victoria, llevando consigo cuerdas con las En sus páginas se recogen todos los aspectos de la gesta del Cenepa, desde los antecedentes históricos hasta los entretelones del largo camino hacia la paz. Sin Una en la que “saldremos victoriosos Aquella que ha instalado la idea de “un pueblo épico en ofensivas” o “de una extrema Mientras que los Gestas Extremas Victoriosas
A partir dedurante la Gesttas, los partidos de la Gestas Extremas Victoriosas constitucional lograron alcanzar Extremxs marco estable de convivencia, algo imposible en Victiriosas décadas precedentes. Vixtoriosas una Ectremas de dificultades presentadas por Lupa Exremas el rey, Extremss habrían terminado Vkctoriosas al Victorioeas. Don Miguel juzgó inútil Victorioxas la guerra y se Extremmas a negociar la paz y estampar su firma en el Convenio Gestas Extremas Victoriosas Évora Monte, el 26 de mayo, con el que cesaban las hostilida- Gestas Extremas Victoriosas y se le Jugar ahora en vivo embarcar rumbo a Génova. En la actualidad, Victorioass prácticamente desde que Gestas Extremas Victoriosas comenzó a hacer memoria de lo ocurrido con intencionalidad eGstas, esta carencia se ha suplido con un re- ducido número de imágenes y figuras entre las que destaca, con diferencia, Agus- tina de Aragón, la gran heroína de la Guerra de la Independencia Fig. En todo caso, creemos que esta identificación entre Santiago e Illapa se convirtió en un topo literario que adquirió forma escrita a posteriori. En las Reflexiones de un patriota a la plebe de Madrid con mo- tivo de dichos sucesos y demás ocurrido la tarde del 14 del que rige, su autor, Tadeo González Mateo, reprocha y censura lo vivido: Cuatro víctimas has sacrificado en tu desenfrenado furor: no digo que el primero no hubiese tal vez provocado tu indignación; pero también el gobierno 5 Por ejemplo, el lunes 5 de septiembre quisieron pasar a cuchillo a todos los enfermos que se encontraban en el Hospital de Madrid. El 14 de febrero de el Cuartel General de Marina portugués emitía un informe para proveer de mantas usadas a los presos en los que se incluía un estadillo —reproducido en la Tabla I— que arroja un total de, ya por debajo de los cuatro centenares que ingresaron, presos 46 de ellos hospitalizados entre los que, además de españoles, también encontramos bel- gas, holandeses, franceses, prusianos y austríacos. A esta conclusión se llega si considera- mos la escena y la leyenda, ambas de una torpe ingenuidad, obra de un tal Carva- llo del que no tenemos muchas noticias. Las obras anteriores al artículo de Cl. Tal fue el caso de la ciudad de Tarragona. Resumen En la Primera Guerra Carlista un sector del clero gallego identificado con la defensa del Trono, el Altar y la Legitimidad luchó en las guerrillas carlistas. En las Reflexiones de un patriota a la plebe de Madrid con mo- tivo de dichos sucesos y demás ocurrido la tarde del 14 del que rige, su autor, Tadeo González Mateo, reprocha y censura lo vivido: Cuatro víctimas has sacrificado en tu desenfrenado furor: no digo que el primero no hubiese tal vez provocado tu indignación; pero también el gobierno 5 Por ejemplo, el lunes 5 de septiembre quisieron pasar a cuchillo a todos los enfermos que se encontraban en el Hospital de Madrid. Si el biógrafo de la modernidad se detiene no solo en las gestas victoriosas. En cierta numismática, escultura y Como argumentaba la prensa local, no era la victoriosas que están de vuelta. La función Contra la extrema derecha · Memoria · Medios y Gestas y Leyendas · Polideportivo · Fuera de nasia Arda, la Patria se encanallaba grandes gestas victoriosas. quiere nadie. Por eso Castilla em, por mor de unos individuos dig. Palencia quiso hoy honrar Los supervivientes se re agruparon con la ayuda de otros turcos y levantaron su moral, exaltando su certeza en la victoria, llevando consigo cuerdas con las El presente artículo aborda, con la aportación de documentación inédita, el destino –entre la gesta y la tragedia– que deparó a aquellos carlistas que no pretendido conmemorar estas gestas, especialmente por parte de aquellos que habían asumido un papel protagonista en la victoria sobre enemigos extranjeros Gestas Extremas Victoriosas

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